Los lazos de comunicación entre el Partido Acción Nacional en Puebla y el hombre que enfrenta procesos penales de extorsión, manejo de recursos de procedencia ilícita, falsedad de declaraciones y enriquecimiento desde el reclusorio de Tepexi de Rodríguez, Eukid Castañón Herrera, se encuentran intactos.
La dirigente del PAN, Genoveva Huerta Villegas, o quien haya filtrado la conversación a través de WhatsApp al periodista Rodolfo Ruiz para evidencia las gestiones realizadas por la secretaria particular del imputado para imponer a una candidata a la presidencia municipal de San Pedro Cholula, es una prueba irrefutable.
En la entrega de la columna La Corte de los Milagros del miércoles 24, en un trascendido se publica la captura de un breve texto a través del servicio de mensajería móvil que dice textual: “Amiga! Buen día! Espero te encuentres bien, soy Andrea de la Vega. Me encarga el amigo el tema pendiente con mi hermana Erika”.
El tema al que se refiere es a la postulación de Erika de la Vega, hermana de la propia secretaria particular de quien llegó a ocupar el cargo de vicecoordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, sometido a cuatro procesos penales y autor de una leyenda negra en Puebla y el país única.
Todos quienes se quieren referir a un innombrable en conversaciones privadas y con la ingenua intención de ocultar su identidad se refieren como De la Vega, “al amigo” Castañón, el interno del pena de Tepexi a quien nadie en Acción Nacional ha podido defender por la solidez de las investigaciones.
La intención de llevar a una candidatura a la hermana de la secretaria particular del hombre que amasó poderío y fortuna en el sexenio de Rafael Moreno Valle, y que llevó a la dirigencia de panista a Genoveva Huerta, forma parte de la irreconciliable pugna de grupos internos.
La lucha intestina en todos los partidos es entendible y hasta obligada por que se trata de consolidar y ampliar espacios de poder en época preelectoral. Lo que está a la vista es la influencia que aún tiene el hombre que impuso y dispuso del aparato de inteligencia, recursos políticos y mucho dinero para edificar o destruir trayectorias.
El interno del penal de Tepexi de Rodríguez tuvo la capacidad económica suficiente para construir un emporio a su alrededor, que incluyó inmobiliarias, tráfico de obras de arte, servicios de consultoría, designación de candidaturas y empresas fachada como medios de comunicación para los que hubo quienes facilitaron nombres y prestigios.
La aparición del “amigo” Eukid Castañón en una conversación entre la secretaria particular y la dirigencia local panista no hace sino confirmar que el pragmatismo de ese partido político lo ha llevado a pactar con quien sea, con el propósito de acumular poder, posiciones, dinero e impunidad.
Y se inscribe en un amplio contexto presumiblemente delictivo: Francisco Javier Cabeza de Vaca sometido a proceso de desafuero y a quienes Emilio Lozoya habría sobornado en 2014; Ernesto Cordero, extitular de Hacienda; Salvador Vega Casillas, exsenador del PAN; Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro y el propio Ricardo Anaya, el viajero que apenas descubrió la pobreza en México.
@FerMaldonadoMX
Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado