Hace un año, las mujeres llamaban a la conmemoración del 8 de marzo con una notable efervescencia en todo el mundo, particularmente en México y Latinoamérica. Las demandas, producto de una acción globalizada entre feminismos y movimientos afines, se centraban en el derecho a una vida libre de violencia.
Como respuesta a la insostenible crisis de derechos humanos que pone en desventaja a más de la mitad de la humanidad, la IBERO Puebla ha impulsado diferentes medidas de prevención y protocolos de reparación de daño para propiciar espacios orientados a erradicar cualquier tipo de violencia al interior de la Universidad y en sus extensiones digitales.
En la primera de múltiples actividades en el marco del Día Internacional de la Mujer, el Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la Universidad Jesuita, señaló que la Institución realiza un esfuerzo permanente por contar con una política de igualdad y transversalidad de la perspectiva de género en todas sus funciones sustantivas como Casa de Estudios.
Las instituciones educativas son espacios privilegiados para la deconstrucción de las prácticas machistas. El desafío se encuentra en formar en derechos humanos con perspectiva de género y garantizar mecanismos de justicia retributiva. Así, la agenda de género requiere de una sólida autocrítica para tomar conciencia de la cultura patriarcal que se reproduce al interior de la Universidad.
La IBERO Puebla ha emprendido acciones puntuales para garantizar la prevención integral de las violencias y el trabajo en la formación de nuevas masculinidades, siendo este último uno de los retos más complejos para las instituciones educativas. La enseñanza en derechos humanos y perspectiva de género, cerró Patrón Sánchez, debe orientar la acción transformadora de la IBERO Puebla.
La violencia de género pone en riesgo la permanencia en el entorno educativo e impacta en el rendimiento académico. De acuerdo a diversos estudios citados por la Dra. Claudia Alonso González, responsable del área de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), el 41% de las mujeres ha sufrido violencia sexual, mientras que el 49% violencia emocional.
Una de cada cuatro jóvenes ha sufrido violencia en la escuela; el 38% fueron de carácter sexual. Esto se agrava en instituciones de educación superior, donde al menos cinco de cada cien alumnas han sido víctimas de violación (8.5% bajo efectos de sustancias químicas). “No queremos que las estudiantes pierdan su fuerza vital. Necesitamos espacios donde nunca dejen de florecer”, sentenció la académica.
Créditos: Ibero Puebla