Fue declarada la extinción permanente del glaciar Ayoloco en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl, ubicado en los límites del Estado de México y Puebla.

Para recordar el impacto que su ausencia tendrá en la disponibilidad de agua y la regulación del clima, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) colocaron una placa.

Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y Anel Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural, acompañados por vulcanólogos y montañistas de la UNAM, instalaron la placa a 200 metros del refugio Otis McAllister, a cuatro mil 626 metros sobre el nivel del mar, en el poniente del Iztaccíhuatl.

Delgado Granados advirtió que el principal efecto de su extinción es la disminución de la cantidad de agua, además de que la temperatura se incrementará, de manera adicional, a escala global e inhibirá las precipitaciones.

De acuerdo con un boletín de prensa de la UNAM, los glaciares son masas de hielo que permanecen en las cumbres de las montañas durante por lo menos un año. Su importancia ecológica radica en la generación de agua dulce en la Tierra.

En el caso de México disminuyeron durante el siglo XX y sus afectaciones se han acelerado en las últimas dos décadas.

Debido al cambio climático y la influencia de la actividad humana, las temperaturas que normalmente conservaban estos cuerpos de hielo han cedido ocasionando su desaparición, como fue el caso del Ayoloco.

Además de su importancia ecológica y ambiental, este glaciar ha sido protagónico en las artes visuales, fotografía, filmografía y, en particular, en la literatura mexicana. La presencia de los volcanes es inherente a la identidad artística, histórica y cultural de la Ciudad de México y de los estados de Morelos y Puebla.

Hugo Delgado Granados detalló que Ayoloco fue uno de los glaciares más emblemáticos del país, visible desde el Valle de México. “Esta pérdida impactará de manera definitiva en el curso del agua, la flora y la fauna al ser en estas cumbres donde se origina el líquido”.

El vulcanólogo, geólogo y montañista ha estudiado la desaparición de los glaciares como síntoma del deshielo y del calentamiento global. En su trabajo ha documentado el retroceso de estos cuerpos durante los últimos 40 años.

La noticia se dio a conocer este 22 de abril en el marco del Día Mundial de la Tierra.