Santa Clara Ocoyucan es, quizás, el enclave más enigmático de la elección por la zona metropolitana de Puebla.

Un municipio con una profunda desigualdad y problemas que encarnan los muchos rostros de la realidad nacional.

Ocoyucan es un territorio dual, en el que acaso unas paredes blancas y unos caminos empedrados dividen un territorio desigual, donde imperan, a la par, la riqueza y el lujo que la pobreza y las más sentidas necesidades de la gente.

Este boquete en el acceso a mejores condiciones de vida ha dado pie a que grupos oportunistas atajen la ausencia del estado y se empoderen, lucrando con las necesidades de los más vulnerables a costa de lo que sea, incluso de la legalidad.

Al otro extremo de la barda, los de siempre, ciegos a las realidades de a pie, se enclaustran en sus clústeres, se alejan de la realidad rampante que solaparon por años.

Claros ejemplos de ello son los candidatos postulados a la presidencia municipal, el antorchista Aristóteles Campos por el PRI, y por el PAN Jesús Giles, supuestamente peleados entre sí.

Giles, intolerante exlíder del PAN durante el morenovallismo, escudado por pseudo empresarios y el ala más vil del albiazul, saltó de presentarse en la Fiscalía por un vergonzoso escándalo personal de falsificación de documentos a la aspiración popular, todo con las manos manchadas del fraude electoral del 2018, el grupo compacto que lo rodea y la bendición de perfiles oscuros que manejan al PAN.

Por su lado, Aristóteles Campos, heredero en turno del imperio de la familia Córdova Morán, es otro líder que conoce de los golpeteos, arrebatos y atropellos con los que opera su organización.

Mientras estos personajes gravitan entre balazos un municipio que les es inhóspito, sus liderazgos se sientan a la mesa juntos, se antojan el mismo presupuesto y se saborean la idea de que regresará el país del que tanto tiempo vivieron y al que golosamente sangraron.

¿Qué necesidad de la alianza PRI-PAN-PRD de unirse con una asociación que realiza actividades con tintes totalmente delictivos? ¿Qué es lo que Antorcha Campesina realmente aporta a quienes “buscan rescatar al país” de las garras del populismo, la corrupción y el maltrato a la ley, cuando ellos representan todo eso junto?

Los aliados, supuestamente peleados por un territorio de alta plusvalía, no han podido ponerse de acuerdo ni en lo más básico y podrían manchar de sangre esta elección, de seguir el camino andado.

El municipio de Ocoyucan, cuyo vértigo lo ha llevado de ser manejado desde el Congreso hasta ser devuelto a quienes se consideran sus dueños, para acabar siendo un laboratorio fallido en esta elección del 2021, con dos opciones que poco o nada tienen que ofrecer a los ciudadanos.

Detrás del perímetro bardeado que rodea los fraccionamientos de Lomas de Angelópolis hay una Ocoyucan diferente, ávida de que alguien con fuerza, entereza y amplio sentido social los gobierne; pero no será en esta elección, no será en esta hora y no sé si pronto habremos de verlo.

 

@Olmosarcos_

Máscaras escribe Jesús Olmos