El sector privado en la capital de Puebla está dividido. Las dos facciones tiene visiones diversas y antagónicas opciones políticas respecto del futuro que necesita la ciudad más pujante de las 217 de la geografía estatal.
Si el Consejo Coordinador Empresarial trató con asperezas a la candidato de Morena a la capital, Claudia Rivera Vivanco en la pasarela que organizó el martes 11, en el Club Libanés se echó a la bolsa a los pesos pesados de la influyente comunidad.
Lejos del reflector y el escrutinio, la presidenta con licencia arribó a una comida privada para unos 40 comensales que organizó su pareja Roberto Zatarain en ese inmueble, trinchera de los Yitani, Budib, Hanan y demás familias de rancia tradición empresarial.
La morenista había tenido un encuentro difícil con el CCE, encabezado por Ignacio Alarcón, un líder del sector privado considerado aliado de la administración estatal y del gobernador Miguel Barbosa.
La dureza de las expresiones del dirigente de los comerciantes del Centro Histórico, Jose José Ayala en el sentido de no dispensar confianza en las urnas a la propuesta de Rivera Vivanco habían calado fuerte en la mediósfera y constituido un insumo para la clase política que aún resuena en mesas de café y comederos del círculo rojo.
En el Centro Libanés, cuenta uno de los convocados al encuentro, tampoco fue fácil, como tampoco lo hubiera sido para el candidato de la coalición opositora, Eduardo Rivera Pérez .
Desde hace años que el escepticismo envuelve a la clase empresarial de uno y otro bando, y por ello se organizan para hacer contrapeso a las diferentes gestiones gubernamentales en México.
Al abanderado de la alianza PAN-PRI-PRD lo recuerdan sometido a la voluntad de Rafael Moreno Valle, el exgobernador que dispuso de la vida de los capitalinos, reiteraron en ese encuentro discreto, lejos de las cámaras de los medios.
A Claudia Rivera le recordaron su pasado como activista. En aquella ocasión le confiaron el voto por la oleada generada por Andrés Manuel López Obrador y la esperanza de la Cuarta Transformación.
Hubo quien celebró el cambio de imagen en la etapa como aspirante a mantenerse en el cargo, pero también hubo reproches en general para los gobiernos de Morena, desde la Presidencia de la República hasta Casa Aguayo.
Al final se echó a la bolsa a la influyente comunidad libanesa. Reconocieron el carácter para mantener la autonomía municipal luego de escuchar su exposición.
Si la ronda frente a los organismos empresariales en el marco de la campaña política para ser reelecta comenzó con los reproches del CCE, terminó con un reconocimiento de los 40 comensales congregados en la comida dispuesta en ese inmueble en el bulevar Hermanos Serdán y esa es la buena.
La mala es que difícilmente esos auditorios selectos generan votos suficientes el día de los comicios. Ni el sector privado organizado en las cámaras de la escena local, ni otros gremios han podido, históricamente influir en la voluntad popular.
Los dirigentes castigan o apapachan, pero está lejos de predestinar el futuro de un proceso en curso que parece ya anticipado.