El Movimiento de Regeneración Nacional, de Andrés Manuel López Obrador, pasa agua pero está lejos de hundirse como muchos de sus detractores desean que suceda este fin de semana de elecciones para renovar el más alto número de autoridades en 15 estados del país, la Cámara de Diputados, los diputados locales y los municipios.

Es cierto que Morena ha vivido en los últimos meses una caída persistente desde enero de 2019, unos meses después de que López Obrador llegó a la Presidencia de México. De ese periodo al de 2021, la pérdida del porcentaje es de 20 puntos, establecen las casas encuestadoras más serias en el país.

Pero sigue siendo una bien aceitada maquinaria que produce votos a la hora decisiva. En preferencia efectiva, el partido del presidente mantiene una holgada ventaja sobre sus más cercanos oponentes, según los estudios de opinión de diversas empresas.

De acuerdo con las firmas Gea-Isa, Buendía y Márquez, El Financiero, Parametría, Mitofsky y Simo/El País, Morena, que llegó a tener entre 60 y 62 por ciento de aprobación a inicios de 2019, previo a la pandemia, mantiene una posición relativamente cómoda, de entre 38 y 41 por ciento de la preferencia efectiva.

Esos mismos indicadores colocan de manera indistinta al Partido Acción Nacional con 16 o 18 puntos, al Partido Revolucionario Institucional con un promedio similar y al Partido de la Revolución Democrática con un penoso cuatro o seis por ciento.

Fuerzas políticas emergentes, como el Verde o Movimiento Ciudadano, superan al partido del Sol Azteca con 6 u 8 por ciento de las menciones, según las casas encuestadoras, lo que sugiere que no sólo suma, sino que además conservarán su registro en la órbita partidaria.

Nada en política se puede prever y menos el resultado de una contienda de las dimensiones que México vivirá en este 2021. Por algo el Nobel de Literatura, Octavio Paz, insistía en que la política, más que una ciencia, encajaba más en el rubro del arte: subjetividad en su máxima expresión.

Los analistas coinciden en que Morena, claramente el enemigo a vencer, podría llevarse con relativa comodidad siete de las 15 gubernaturas en disputa. Tlaxcala, la entidad vecina encaja en esa condición pues Mitofsky, El Universal/Buendía-Márquez coloca a la candidata de Morena, Lorena Cuéllar, con una preferencia de 54 por ciento sobre su oponente, la priista Anabel Ávalos, con 30 por ciento.

No todo es miel sobre hojuelas para el partido dominante. En Nuevo León, la candidata Clara Luz Flores vivió la peor de las caídas en preferencia hasta llegar a la tercera posición, con 16.5 por ciento, y a un niñato como Samuel García, del Movimiento Ciudadano, a la cabeza con 39.6, según la encuesta de Grupo Reforma, y al priista Adrián de la Garza con 27.5 por ciento.

En la elección para la Cámara de Diputados, las cosas tampoco pintan tan desalentadoras para los promotores del llamado “cambio de régimen”.

Una encuesta de encuestas permite ver que habrá mayoría calificada para Morena y sus aliados, lo que permitiría a López Obrador tener cierto margen de maniobra para su segundo periodo de mandato. La oposición se queda sin pertrechos y la batalla del domingo no admite postergación alguna.

 

@FerMaldonadoMX

Parabólica escribe Fernando Maldonado