Digno de un diálogo entre integrantes de la alta sociedad porfiriana, cargada de clasismo y desprecio por los pueblos originarios y sus habitantes, el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional por San Pedro Cholula, Julio Lorenzini, evidenció el talante que lo ha llevado a cosechar el repudio del pueblo que quiere gobernar.

Una conversación en WhatsApp, a la que tuvo acceso el autor de la columna, no deja lugar a dudas. Se refiere a la gente de Cholula como “cabrones indios” y “pendejos”, muy al estilo de los estereotipos que nos enseñó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, en mayo de 2015, cuando abiertamente hace mofa de un líder indígena.

-Oye y cómo viste en Momoxpan, pregunta su aliado, el exedil Alejandro Oaxaca, quien militó en el PRI con el que llegó a presidente municipal.

-Pues bien, responde el abanderado por Morena.

Viene una sonrisa simplona y luego suelta la batería de estereotipos, latentes en un castizo que se precia de ello: “a esos cabrones indios y a todos los cholultecas les damos para su pinche virgen de los remedios y están contentos los pendejos”.

-Espera te mando mensaje al rato, voy con Joaquín a MX, responde sin mucho entusiasmo su interlocutor.

No es la más honrosa de las expresiones la que utiliza este personaje de la política local cholulteca, que llegó a tener su mejor momento cuando se convirtió en 2013 titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial, al amparo de un régimen igualmente clasista y frívolo como se distinguió al de Rafael Moreno Valle, gobernador de 2011 a 2017.

La fama de este tránsfuga del Partido Acción Nacional le precede. Hace unos días en redes sociales hicieron circular imágenes en las que se alcanza a ver al abanderado en lo que podría ser el hotel de su propiedad con una de sus presuntas víctimas de acoso y violación.

Era la continuación de una narrativa contada con antelación en la que el nuevo fichaje de Morena para San Pedro Cholula, por los buenos oficios de Pablo Salazar, otro impresentable del partido que tiene como ejes “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, queda exhibido como un depredador sexual, protegido por el poder del que ha hecho ostentación.

Si la conversación a la que tuvo acceso el reportero no es un montaje, estamos ante la personificación de los integrantes de una agrupación elitista y profundamente clasista anti López Obrador, FRENA.

Con esas cartas credenciales son con las que el partido en el poder pretende llevar a sus últimas consecuencias los principios de la Cuarta Transformación, en un pueblo caracterizado por la resistencia fincada en sus raíces y creencias.

El oportunismo, la ignorancia y la ambición en la burocracia que se adueñó de la mayoría de las posiciones políticas en esta etapa decisiva, permite ver los desfiguros que ofenden al electorado, criollo, indígena… y castizo.

Aunque Lorenzini tenga la postulación en sus manos y la probabilidad irreductible de competir el próximo domingo por la presidencia municipal, nada podrá borrar del imaginario que se trata de un personaje que cambia de partido, ofende y depreda a placer.

 

@FerMaldonadoMX

Parabólica escribe Fernando Maldonado