La necesidad de recuperar el rumbo universitario, lejos de las vulgares tentaciones del presente, es la línea central en la narrativa discursiva de Lilia Cedillo Ramírez, la aspirante que parece más sólida a la Rectoría de la BUAP.
La otra contendiente, Guadalupe Grajales Porras, quien hasta hace unos días había ocupado la Secretaría General, despedida de manera vulgar por Alfonso Esparza Ortiz, también marcó distancia de la forma en la que la institución dejó de lado los principios establecidos en la misión y visión.
En medio de las dos aspirantes, hay un rector que dejó de ser factor por el desprestigio que lo envuelve de cara a la comunidad, que ha atestiguado el proceso de descomposición que resultó con el desempeño más discutible que el de sus antecesores, y ya es decir mucho.
Todavía el lunes a mediodía, hizo traer a mandos medios universitarios, entre quienes se encontraban directores, subdirectores y administrativos, al Centro de Convenciones frente a la nueva Torre de Rectoría en Ciudad Universitaria, icono de la gestión en franco declive, para intentar aún influir en un proceso del que ya perdió el control por obvias razones.
Una muestra del mal tino de quien en la primera semana de octubre deberá dejar esa responsabilidad, es la presencia del padre de María Isabel Martínez Hermoso, Rosendo Martínez Granados, en su calidad de coordinador administrativo de la BUAP.
El funcionario universitario que participó de la reunión privada fue impuesto por la hija, evadida de la Fiscalía General del Estado, luego de múltiples evidencias de su actuación en la trama de lavado de cientos de millones de pesos provenientes del erario universitario, como ya fue documentado en la entrega de la columna del 4 de julio ( https://parabolica.mx/2021/columnas/parabolica/item/7194-trasferencias-y-montos-de-la-estafa-en-la-buap-a-la-vista).
Isabel Martínez Hermoso, que antes había estado casada con Jean Paul Bojalil Matuk, formaría parte de la estructura de desvío de dinero de la propia universidad poblana, de la que el exsuegro no puede estar ajeno a la luz del avance de las indagatorias en la Fiscalía General del Estado.
Ufano, el padre de la mujer que es buscada por probables delitos claramente señalados y de la que, se ha presumido, se encuentra escondida en la propia Torre, asistió al encuentro convocado, tocado por el manto protector de Esparza Ortiz frente al bochorno de la comunidad participante del encuentro.
Con todas esas sospechas, rodeado de sus pocos leales, Esparza Ortiz sugirió influir en el proceso de sucesión que está por comenzar, apenas sea publicada la convocatoria, siempre y cuando antes haya una renovación del Consejo Universitario.
Mal harían cualquiera de las dos competidoras por la Rectoría de la Benemérita Universidad de Autónoma de Puebla en aceptar, siquiera, un elogio de quien en mala hora se dejó arrastrar por la vulgar tentación del dinero, en detrimento del patrimonio universitario.
El guiño del aún rector es el beso del diablo y ambas deben saberlo, por ello es que la línea discursiva intramuros es el de la recuperación de la vida universitaria y la academia.
Por ello, existe una coincidencia admitida con matices: con Alfonso Esparza y su camarilla, ni a la esquina.
@FerMaldonadoMX
Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado