Ricardo Monreal Ávila, el coordinador de Morena en el Senado, ya no es un operador confiable para Palacio Nacional. Sus amagos, sus berrinches y su sistemático sabotaje, electoral y legislativo contra la Cuarta Transformación (4T) lo han puesto muy cerca de la puerta que cruzan, tarde o temprano, los excomulgados.

Los últimos acontecimientos confirman que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió cuñas que sirvan para frenar al zacatecano.

Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila finalmente concretó su largamente anunciada salida de la Secretaría de Gobernación y regresó a su escaño.

Con apenas 79 votos, este domingo la ministra en retiro fue elegida presidenta de la Mesa Directiva. Esa votación tan baja debe leerse como una afrenta al presidente de la República quien, según trascendió, pidió directamente a Monreal que operara su llegada.

Lo que muestran estos números es que sí lo hizo, pero en su contra, pues el rechazo mayor vino de los senadores de Morena, pues 18 de los 62 de la bancada ni siquiera depositaron su sufragio por cédula.

Eso no hace sentido, pues en su plenaria interna, apenas unos días antes, los morenistas la habían avalado para la Presidencia del Senado, por aclamación y a mano levantada.

La otra cuña: días antes, el pasado 24 de junio, el poblano que nació en Tehuitzingo, aunque salió siendo un niño de ese municipio mixteco, Gabriel García Hernández, renunció a la Coordinación de Programas para el Desarrollo del Gobierno de México y anunció su regreso a la Cámara Alta.

Las versiones fueron encontradas sobre su defenestración por los malos resultados electorales, principalmente los de la Ciudad de México, o sobre su encargo directo de hacer contrapeso a Monreal. De las dos hay algo de cierto.

Sin embargo, aquellos que vieron su salida de la oficina de Palacio Nacional que ocupaba, aledaña a la del Presidente, se quedaron sorprendidos cuando este 27 de agosto fue ungido con una nueva posición de poder, que desarrollará a la par de su trabajo en el Senado: es ahora también consejero del Poder Legislativo en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).

Una posición de mucha relevancia, sobre todo con la proximidad de la reforma electoral que propondrá el Ejecutivo.

Lo evidente es que, por más que haga campaña en medios para fortalecer su imagen, Ricardo ha quedado sensiblemente debilitado con los regresos de Sánchez Cordero Dávila y García Hernández, el exgeneral de los Siervos de la Nación.

Aunque se trata, efectivamente de temas de muchos factores, es innegable que, en estos movimientos, definidos desde Palacio Nacional, hay la inequívoca intención de ponerle antídoto al veneno del zacatecano.

El choque inmediato que ya estamos viendo, en el interior de la bancada de Morena, es por la reformulación de la pregunta sobre la consulta de revocación de mandato, tema en el que abiertamente Monreal ha puesto piedras al deseo de López Obrador de que no se cambie, como busca la oposición.

Hay un candidato a la excomulgación del lopezobradorismoy hay más evidencias que dudas.

 

@Alvaro_Rmz_V

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco