parabolica.mx escribe Fernando Maldonado


Dos momentos marcaron la masacre del 3 de mayo de 2017 en Palmarito Tochapan, que dio como resultado diez personas muertas, cuatro militares y seis agresores, la noche en que además de armamento de alto poder, el grupo delictivo utilizó como escudos humanos a niños y mujeres.

No era la primera vez que la ciudadanía manipulada, o forzada por mecanismos de intimidación, eran llevados a protagonizar bloqueos carreteros o plantarse de frente a los rondines de las fuerzas del orden, como la Defensa Nacional, Marina o Seguridad Pública estatal.

Esa noche, a las 20:15, integrantes de la XXV Zona Militar fueron blanco de la primera agresión armada. No fue respondida en ese momento porque los agresores, cobardes, se ubicaron detrás de niños y mujeres; pero dos horas después, a las 22:00 horas, vino la segunda embestida, ya sin niños ni mujeres de por medio.

Ya para entonces, la figura de Antonio Valente “El Toñín”Martínez Fuentes era dominante en materia delictiva, junto a otros patrones dedicados al delito de robo del combustible, un fenómeno que se disparó con los periodos de gobierno del Partido Acción Nacional, entre 2011 y 2018.

Lo ocurrido esa noche quedó fielmente plasmado en un par de cámaras de seguridad, únicas en ese 2017 en todo el pueblo, ubicado en el llamado Triángulo Rojo.

Un dato que se dejó pasar por omisión o interés deliberado, es que esos dispositivos estaban colocados en la casa de la familia de El Toñín, de donde fueron distribuidos a los medios para mostrar una perspectiva parcial de lo ocurrido, que permitía evadir y construir un clima de opinión favorable para el grupo agresor, probablemente vinculado con los huachicoleros.

Reconstruir ese pasado reciente permite ver la escasa calidad humana de quien, de manera reiterada, ha pretendido colocarse como un personaje dado a la gente a través de las múltiples donaciones de hortalizas adquiridas con dinero de dudosa procedencia: El Toñín, el presunto líder de un grupo delictivo bien organizado.

En febrero de este año, una primera entrega de Parabólica permitió advertir el plan de medios de los que dispone El Toñín para propósitos ulteriores.

A principios de año, ya en un contexto de procesos internos para definir candidaturas en la vida interna del aparato partidario, el personaje realizó entre el viernes 29 y el domingo 31 de enero un total de 15 transmisiones en Facebook/Live (https://www.parabolica.mx/2021/columnas/parabolica/item/159-el-tonin-y-su-plan-de-medios).

De la autopromoción a principio de 2021 a través en plataformas digitales, Antonio Valente Martínez Fuentes pasó al desafío, en las últimas horas. Ya sin el blindaje del que dispuso en el pasado y sin el tutelaje de un partido político, tiene casi nada que perder en su desaforada estrategia.

Sus voceros anticiparon, a través de diversas plataformas, el martes previo, sobre los bloqueos que más tarde fueron materializados, lo que según la ley vigente, podría ser constitutivo de apología del delito. No deberá pasar mucho tiempo para conocer el desenlace de la historia y la suerte del personaje central.