En Todo nada (Tusquets Editores; 2008), la escritora mexicana Brenda Lozano cuenta la historia de Emilia, una estudiante de literatura que —además de sus relaciones amorosas, incluyendo su noviazgo y reciente ruptura con José— relata la relación que sostiene en sus últimos días con Emilio Nassar, su abuelo, un prestigioso gastroenterólogo que decide suicidarse con un método lento, infalible y paradójico: dejándose morir de hambre. 

En lo que es un extensísimo monólogo, a veces interrumpido por las fascinantes intervenciones del viejo (un hombre prejuicioso, en ocasiones soberbio e intolerante, pero también un caballero chapado a la antigua, tierno y casi siempre atinado en los consejos), rememoradas por ella misma, Emilia apunta, atinada, lo siguiente: 

“Todos llevamos dentro una palabra. Se puede comprobar que toda persona lleva dentro una palabra. Basta escuchar con atención, de noche tal vez, al apagar la luz antes de dormir, basta estar atentos, aguzar el oído, para escuchar esa palabra. Esa palabra que dice mucho de uno. Antes de dormir, escucho el gruñir de una palabra”. 

Tras el partido contra Pumas, donde, contra todo pronóstico —pronóstico poblano, por supuesto— la Franja sufrió un doloroso revés, el argentino Nicolás Larcamón cometió la imprudencia de calificar como “estupidez” un hipotético despido del banquillo poblano, tras el flojo arranque del equipo durante el actual torneo; una imprudencia que podría atribuirse a cosas como la presión por la falta de resultados, la inexperiencia propia de su juventud (muchas veces destacada, también) y la calentura de haber caído ante un equipo que, a todas luces, llegaba mucho peor a aquel encuentro. 

Sin embargo, apenas este miércoles, horas antes de estarse escribiendo este texto, el padre del “Larcamonismo” —término acuñado cariñosamente a la filosofía de juego alegre y valiente que el entrenador impregnó a su equipo, misma que lo consolidó como el estratega revelación de la liga tras clasificar a la Liguilla como tercero general y disputar fase final vibrantísima, cayendo en semifinales— habló con el canal MX Sudamérica (Youtube) sobre los objetivos de la Franja en el torneo actual:

“Si el objetivo era consolidar lo del torneo pasado no se hubiera vendido lo que se vendió. Hoy el objetivo del Puebla no es ni siquiera competir en la medianía de la tabla, a nivel presupuestario”, señaló Larcamón, en referencia a las bajas de jugadores clave que, a diestra y siniestra, se han señalado durante las últimas semanas y a las que el equipo no ha encontrado aún una respuesta sólida. 

En las líneas finales de la novela, atinadísima, Emilia apunta lo siguiente: “Y la angustia orilla, a veces orilla la angustia, a contar… La angustia hace lo que puede. Contar, por ejemplo, contar. Contar porque quien cuenta algo ha perdido algo”.

Habrá que hacerle caso a Lozano (a Emilia, pues): hay que estar atentos. No sólo al apagar la luz antes de dormir, sino también en las conferencias, en las charlas que nos topamos en Youtube, en el estadio, en lo que a veces alcanza a cachar el sonido ambiente de las transmisiones. Aguzar el oído. Están gruñendo las palabras. ¿Qué dirán?

Nos leemos la siguiente semana. Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.

 

 

Atando Cabitos por Miguel Caballero