Cuando Ricardo Anaya Cortés, el candidato perdedor a la presidencia por el Partido Acción Nacional en 2018 acusó a Andrés Manuel López Obrador de pretender encarcelarlo por una consigna disfrazada de imputación por haber recibido dinero a cambio de su voto por la reforma energética, olvidó que se le tiene por mentiroso, manipulador y tendencioso.

Lo puso de manifiesto el propio ex dirigente nacional panista en una de sus grandilocuentes autodefensas a través videos que ha colocado en su cuenta de Twitter (@RicardoAnayaC) esta misma semana.

Histriónico como es, dejó pasar una mentira que busca adormecer el juicio de los usuarios en redes y propiciar un clima de opinión favorable a partir del martirologio,
en un país proclive a sentir pena y solidaridad con los individuos vulnerables.

Anaya, que además de mimo, es el mitómano pertinaz que termina por validar sus propias falsedades, mostró el grado de patología que lo define asimismo.

En el primer video en el que acusa una persecución en su contra por su potencial para volver a ser candidato presidencial en 2024, se autodefinió como un antipático y “matado” en la escuela. Y soltó la mentira: haber leído las 135 mil 388 hojas de las que consta la carpeta de investigación que la Fiscalía General de la República puso en sus manos el 1 de septiembre.

Aritmética elemental para demostrar que la narrativa de autodefensa no se sostiene ni por lo más básico: tiempo y espacio.

Ejercicio humanamente imposible, para Anaya Cortés, el evadido panista porque quien su partido político no ha movido un dedo, no fue problema haber leído 4 mil 835 hojas cada uno de los últimos 28 días del mes de septiembre, sin dormir, sin atender las necesidades más básicas y sin pausa alguna, para comprender que la FGR lo tiene en la mira por una causa política, no legal.

La principal argumentación de Ricardo Anaya sobre las acusaciones que lo involucran en una trama criminal para conseguir la aprobación de la reforma constitucional, es el potencial electoral que lo ubica entre primero y segundo de los prospectos presidenciales panistas, entre quien destaca Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón.

Si tuvo la capacidad para leer de una sentada más de 4 mil 800 páginas, también fue capaz de estudiar y analizar 201 documentos por hora; o bien 3.35 por minuto.

Los asesores en comunicación, el despacho de abogados y su entorno fueron incapaces en reparar en el despropósito demencial de ofrecer a sus audiencias números que en tiempo y espacio resultan imposibles de superar, incluso para este falsario Niño Maravilla, como lo bautizaron las plumas del prianismo que tanto se duelen de la 4T.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado