Nada parece disfrutar tanto la virtual rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Lilia Cedillo Ramírez, como hablar de ciencia, virus y Covid-19. No deja lugar a dudas sobre su perfil de ciencia, más que una mujer dedicada a la política, como ha sucedido con los últimos 3s rectorados en esa casa de estudios.

En una amplia conversación sobre los probables escenarios a partir de la tercera ola de contagios, las variantes y la corriente antivacunas que surgió en el primer mundo, hace una explicación “con manzanas” para la fácil comprensión de este fenómeno mundial.

Cedillo Ramírez, que ganó con holgura la justa electoral este lunes 20 y que este miércoles 22 será validada por el Consejo Universitario para estar en condición de protestar el cargo como la primera fémina en conducir el destino de la BUAP para los próximo cuatro años, es una mujer de ciencia y así se asume.

-Nunca había sido tan necesaria y útil la ciencia y usted es una mujer de ciencia, se le pregunta.

“Definitivamente a veces las personas que pensamos que la ciencia está alejada y la vemos como ‘bueno, los científicos son esos personas que se aíslan en un laboratorio, que visten bata blanca, que trabajan con animalitos de experimentación’, pero no le hayamos por qué o para qué”.

La extensa conversación sobre ciencia, virus y pandemia estará marcada por ejemplos claros que permiten una mejor comprensión de la conducta de los virus que amenazan la salud humana y hasta de las condiciones antivacunas a nivel mundial.

Esta tercera ola que estamos sufriendo es la de los “no vacunados”, y Covid-19 afecta fundamentalmente a quien no ha sido inmunizando en momentos en que en Puebla el número de infectados, casos positivos y decesos se ha mantenido estable, pero alto.

-Cuando ve a personas que motu propio deciden no vacunarse, ¿siente frustración?

-“Sí. Siento como mucha desesperación, porque el movimiento antivacunas comenzó hace muchos años”, recuerda. Un pediatra hizo una publicación en la cual afirmó que el autismo en menores se podía deber a las vacunas administradas en el primer año de vida.

Maestra en Bioestadística, la futura rectora de la BUAP elabora para Parabólica.MX un análisis de los errores del especialista en medicina infantil que originó el movimiento en contra de las dosis para contener la pandemia, y que fue el principal generador de la corriente en Estados Unidos y Europa.

Luego se supo que el pediatra tenía conflictos de interés con la farmacéutica a la que había demandado. Completamente antitético, coincide.

“Les digo a mis alumnos, si ustedes alguna vez hicieran esto, seguro se van a recurso -examen extraordinario-; esas cosas están prohibidas, no se pueden hacer”.

– ¿Nos puede explicar con manzanas cómo se producen las variantes del virus? Alguien decía que se comporta como si tuviera inteligencia: afecta las áreas vulnerables del organismo.

“Efectivamente, el virus, no sé si sea inteligente, pero dañino si es.

“Todos los seres vivos tenemos una forma de replicar nuestros ácidos nucleicos -que almacenan nuestra información genética-, tenemos un sistema muy bueno de control de calidad, si la copia está mal hecha, se corrige y luego se sigue copiando”.

Los virus carecen de esa capacidad de reproducción exacta, “las copias no son fieles” y esa es una mutante. De ahí las nuevas formas del virus, como Delta, Épsilon, Alfa, Beta.

– ¿Se va a reproducir hasta el final de los siglos?

“El azar también juega a nuestro favor. Generalmente aparecen variantes menos infecciosas. A lo largo de esta pandemia, han aparecido otras que no son tan peligrosas, por ejemplo a partir de diciembre del año pasado la predominante en México era menos inefectiva, que yo llamaría la variante Virgen de Guadalupe. Nos dejó respirar, literal”.

-¿Quiere que decir que hay posibilidades de que veamos el final de la pandemia?

“Sí, no sería el primer caso. Se ha dado con otras pandemias. También puede suceder que se convierta en virus endémico y eso ha pasado con la influenza, de la que han aparecido otras variantes pero tenemos vacunas”.