Finalmente y después de varios meses, nuevos alcaldes llegan a los 217 municipios del estado, y con ello comienza, otra vez, la expectativa ciudadana para ver si mejoran las gestiones salientes. Salvo los casos excepcionales donde se logró reelegir el o la presidenta municipal, la enorme mayoría de demarcaciones tendrán nuevo alcalde porque la gente optó por el cambio.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, las comunidades ya se están acostumbrando a la alternancia municipal y con ello también a exigir buenas gestiones. Y ya no esperan mucho para ver resultados, por lo que los alcaldes nuevos tienen poco tiempo para demostrarle a su población que sí van a trabajar y hacer cosas en su beneficio.

Pero una alta expectativa, que se tradujo en victoria electoral, es también peligrosa: La gente quiere que se le resuelvan sus problemas de inmediato y hace responsable de ello a la autoridad más próxima, o sea a la administración municipal.

Y hablo de esto porque en el caso de la capital del estado, el candidato ganador y ya en unos días alcalde constitucional, Eduardo Rivera Pérez, arriba al cargo con un muy buen bono ciudadano de confianza. La gente pensó al votar y piensa, en estos momentos, que Rivera Pérez hará una mejor administración que Claudia Rivera. Y en ese punto radica el éxito o fracaso de su gestión municipal.

Hay tres temas que la gente nos repite en las mediciones demoscópicas, como necesidades o problemas que se les tiene que resolver: En primer lugar y desde hace mucho, la seguridad pública. La gente quiere que ya no haya tantos robos de todo tipo en la ciudad, por lo que exige mejores policías y estrategias para evitar los delitos. Después, la gente quiere que los servicios públicos sean mejores y más eficientes. Pavimentación, alumbrado, basura, agua potable y obras públicas visibles, son las principales demandas sociales. Y, finalmente, los poblanos denuncian su hartazgo por la corrupción y los abusos de funcionarios para el desvío de recursos públicos.

Si Eduardo Rivera Pérez logra disminuir la percepción de inseguridad de los poblanos capitalinos (vamos, que la gente sienta realmente que han bajado los robos en casa habitación, de autos, asaltos en vía pública) será muy bien evaluado por la gente. Y en este ámbito tendrá que trabajar en coordinación con el Gobierno del Estado; no puede cometer el error de Claudia Rivera y no aceptar la coordinación de seguridad en la capital junto con el Gobierno del Estado.

Y si logra dotar de servicios púbicos eficientes a todas las colonias y juntas auxiliares, la gente lo va a notar y opinará que sí está trabajando.

Pero si Eduardo Rivera no baja la inseguridad, no brinda buenos servicios, no hace obras que la gente aprecie y él y sus colaboradores se dedican a buscar la forma de hacer negocios y acrecentar fortunas personales… la gente los va a calificar muy mal. Recordemos que Eduardo Rivera Pérez quiere ser candidato a gobernador en 2024, o al menos reelegirse en la Alcaldía. Pero las expectativas en él son tan altas que así de alta puede ser la desilusión ciudadana si no cumple todo lo que pregonó en campaña con el slogan de que va a “corregir  el rumbo” del municipio.

La gran ventaja comparativa que tiene Rivera Pérez es que ya gobernó la ciudad y ya sabe cómo es el manejo de recursos. No tiene que aprender, como sí es un hecho que ocurrió con Claudia Rivera Vivanco; y por ello, en teoría, tiene que haber muchas obras y buena dotación de servicios. Pero la parte negativa de esa situación es que también ya sabe (él y sus colaboradores) la metodología para desviar recursos y engrosar bolsillos personales. El problema es que la gente se entera de ello muy rápidamente y las redes sociales se han convertido en vehículo de denuncia de los excesos de los gobernantes.

Otra ventaja que tiene Rivera Pérez -al menos hasta el momento actual- es que tiene una buena relación con el gobernador del Estado. Pero durará hasta que haya proceso electoral próximo y cada quien tenga intereses partidistas contrarios y el gobernador impulse a un (a) candidato (a) de su partido.

Si Eduardo Rivera realiza una muy buena gestión municipal, es difícil que no logre la candidatura de su partido a la Gubernatura en 2024 (habrá que esperar cómo define el PAN el tema de género y si no le toca ahora a una mujer la candidatura), o al menos la reelección como alcalde. Pero si no está a la altura de las expectativas que ha generado, la gente lo reclamará puntualmente en la próxima elección.

No la tiene tan difícil Rivera Pérez. Veremos -y mediremos- si lo logra.

 

@rodolforiverap

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