Al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, a quien los simpatizantes de la derecha en México tanto idolatran, se le indigestan los resultados electorales adversos, los indígenas y el alcohol en exceso.

El autor de la columna tuvo acceso al testimonio en primera de persona de un episodio que el michoacano vivió en Casa Puebla, luego de la elección de 2007, apenas un año y meses de haber obtenido la Presidencia de México por apenas menos 1 por ciento de votación frente a quien la voz popular veía como el auténtico ganador de la contienda presidencial: Andrés Manuel López Obrador.

Calderón estaba de visita en la capital con la investidura presidencial, cuando Mario Marín Torres era el gobernador de Puebla y anfitrión en ese entonces del Presidente de México.

Al ex gobernador gustaba de invitar a Casa Puebla -entonces sede del gobierno estatal- y con frecuencia convidaba tragos luego de la comida, siempre de gastronomía poblana. Las bebidas del sexenio, lo sabía el círculo rojo de entonces, era whisky y sambuca Vaccari negro.

Lejos estaban aún los días en que Gerardo Fernández Noroña bautizaría al mandatario federal como “licenciado alcoholes” y que la comidilla en la Ciudad de México se diera vuelo con el espacio rariofónico de Carmen Aristegui por difundir esa versión, condenada por una corriente de opinión.

Marín Torres, su anfitrión, salía medianamente del escándalo del sexenio por la aprehensión de Lydia Cacho Ribeiro luego de la publicación del libro Los demonios del edén y parecía reivindicase ante su partido el PRI pues en octubre de ese 2007 había ganado 25 diputaciones locales y el PAN, apenas1; en los municipios se había alzado con el triunfo en 145 gobiernos locales; el PAN 51 y la alianza PRD-Convergencia, 12.

Calderón, invitado del gobernante poblano, no toleró los resultados adversos de ese proceso, ebrio de ira y de bebida, en casa ajena, manoteó, insultó y humilló a su anfitrión por el resultado comicial, por el caso de la escritora y por el origen indígena mixteco de Marín Torres.

La cita fue contada a propósito de la conducta que el esposo de Margarita Zavala Gómez de Campo, la diputada federal, asumió en la toma de posesión de Eduardo Rivera Pérez hace exactamente una semana, el 15 de octubre.

A Felipe Calderón un tribunal le dio el triunfo en 2006 por menos de 1 punto porcentual; el priista Marín Torres obtuvo en 2004 un total de 886 mil 535 sufragios, contra su más cercano adversario, el panista Francisco Fraile, con 642 mil 519 votos.

En la extraordinaria de 2019 el candidato del partido de Calderón, el académico que aún no digiera la derrota, Enrique Cárdenas, perdió la gubernatura con 507 mil 460 contra los 632 mil 137 votos del candidato Miguel Barbosa.

El ex inquilino de Los Pinos en el sexenio 2006-2012 no sólo resultó mal perdedor en los consecutivos procesos electorales, sino un clasista portavoz de los intereses de las cúpulas en México.

Y de paso, mal bebedor.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado