La alcaldesa de Puebla Claudia Rivera Vivanco titubeó por un momento cuando dijo haber enfrentado al poder. En lo que quiso ser la reedición del “día de la Presidenta”, sin contrapesos ni oposición, se dijo ganadora, que nunca se doblegó, que actuó con firmeza y se va con la dignidad intacta, aún y cuando los habitantes de la capital la repudiaron en las urnas el seis de junio.
“Me tocó enfrentar a la delincuencia, pero también me tocó enfrentar presiones políticas con el gobernador que instruyó por oficio a su servidora de que destituyera y nombrará a otro perfil para la Secretaría de Seguridad Ciudadana, un perfil que estaba vinculado con personas cercanas a Genaro García Luna quién hoy está detenido”, relató Rivera Vivanco en su discurso.
Aseguró que deja la capital poblana segura, con transporte, mercados, colonias dónde bajó la incidencia delictiva 20.6% y mejoró la percepción de la inseguridad, además de dejar una policía certificada al 99%, aún y cuando el gobierno federal ubica a Puebla, Tehuacán y Texmelucan con altos índices delictivos en robo a transeúnte y transporte público.
“Lo pagué con creces, me sobrevino con ello un ataque al gobierno municipal y a su servidora como presidenta de esta ciudad, una guerra mediática y jurídica como nunca como nunca se había visto en el Estado de Puebla”, sentenció.
Reiteró que el remover a un funcionario público municipal es facultad del Cabildo y de nadie más, señaló que dicha instrucción del Ejecutivo violaba flagrantemente la Constitución, “nunca perdimos el control de nuestra policía”, expuso.
“Recibimos la alerta de la Secretaría de Seguridad Ciudadana Federal de que estos perfiles estaban en un proceso de investigación por actos relacionados con delitos vinculados en lo que ocurrió en Atenco, en Chiapas, en el Instituto de Migración”, subrayó.