Unos pasos deben separar a Alejandro Santizo Méndez de Eukid Castañón Herrera, en la cárcel de mediana seguridad de Tepexi de Rodriguez, en el dormitorio D, un sitio destinado para quienes ocuparon algún cargo público o policiaco y que enfrentan procesos penales diversos.
El primero enfrenta cargos como homicidio agravado en contra de los agentes ministeriales ejecutados el viernes 19 en Tecamachalco, municipio en el que era responsable de Seguridad Pública en el gobierno de Ignacio Mier Bañuelos.
Una versión establece que el padre del edil y coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, Mier Velazco ofreció interceder por el compañero de dormitorio de Castañón en Tepexi para alcanzar la libertad en un plazo perentorio, merced de la cercanía que presume con el presidente Andrés Manuel López Obrador y del gerente en Morena, Mario Delgado.
En el caso del segundo, se trata de un imputado de al menos cuatro delitos, tres de ellos de gravedad pues habrían sido cometidos al amparo de su cargo como diputado federal por el Partido Acción Nacional: enriquecimiento ilícito, manejo de recursos de procedencia ilícita y extorsión, entre otros.
Es improbable saber si Santizo y Castañón coincidieron en ese mundillo del poder público instaurado en 2010 y que terminó en diciembre de 2018, pero ambos tuvieron un tronco común: el ex gobernador Rafael Moreno Valle.
El mando policiaco llegó a los separos de la Fiscalía General del Estado, ubicados en el sótano del edificio de la 31 Poniente y bulevar 5 de Mayo desde el viernes mismo de la masacre contra los agentes investigadores.
Un espacio confinado de unos 4 metros cuadrados, cuyos barrotes se encuentran protegidos por vidrio templado para evitar que los presuntos delincuentes puedan provocarse daños físicos como producto del estado anímico y el estrés, desprovistos como están de su libertad, agujetas y todo artefacto que pueda ser utilizado para arrebatarse la vida.
Ahí permaneció hasta la madrugada del domingo, cuando a las 4:00 de la mañana fue ingresado en Tepexi, junto a su escolta y una mujer, responsable del manejo de una patrulla del municipio.
Eukid Castañón y Alejandro Santizo no tendrán oportunidad de sentirse solos en ese confinamiento carcelario. En el dormitorio D, compuesto de unas 20 celdas, también están detenidos 11 policías municipales, llevados ahí por su presunta participación en la ejecución de los agentes José Adrián Muñoz Huerta, José Guillermo Méndez Arellano y Miguel Sánchez Rosas a quienes se les advierte impacto de bala en la cabeza, signo inequívoco de una ejecución al estilo de la delincuencia organizada.
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parabolica.mx escribe Fernando Maldonado