El coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, hilará dos derrotas políticas con un mismo tema: el del alumbrado público en Puebla. La primera sucedió con el ahora vergonzante priísta; la que viene, como militante del Movimiento de Regeneración Nacional.
Fue en el periodo de gobierno municipal de su socio, Enrique Doger Guerrero, hace 16 años. Eran priístas convencidos ambos, antes de que uno coqueteara con Morena y el segundo de plano mutara al partido de Andrés Manuel López Obrador. Eran tiempos en que hacían el 1-2 en el gobierno de la ciudad.
El tropiezo más reciente frente a la aprobación del cobro del Derecho de Alumbrado Público, del que se ha colgado con una impresentable carta de naturalización: el caso Tecamachalco, gobernado por su primogénito, Ignacio Mier Bañuelos.
El hijo del coordinador legislativo está aún envuelto en el expediente de la ejecución de tres agentes ministeriales, José Adrián Jesús Huerta, José Guillermo Méndez Arellano y Miguel Sánchez Rosas, ocurrido a finales de noviembre pasado.
Como en estos días, en 2005, cuando comenzaba la gestión municipal en la capital. Doger y Mier iniciaron una guerra mediática y jurídica contra Citelum, que trajo el panista Luís Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma.
Urgidos de construir una percepción de combatividad que les permitiera construir una candidatura al gobierno de Puebla, encontraron en el cumplimiento de las cláusulas contenidas en el título de concesión la coartada perfecta: la firma de capital francés no alumbraba ni el Centro Histórico, dijeron, y comenzaron el procedimiento de retiro legal del documento, que se extendió casi 20 de los 36 meses que dura un trienio.
No pudieron revocar la decisión del Congreso, y Doger y Mier se fueron del Palacio Municipal, pero el priísta del pasado es el morenista del presente, y la historia está ahí para recordarnos que Mier Velazco encaja muy bien en esa definición precisa del oportunismo.
“A mí ha tocado coordinar el Presupuesto de Egresos de la Federación, aun cuando parecería que no alcanza el recurso para atender todas las necesidades del país, no incrementamos un solo impuesto y no generamos nuevos impuestos a pesar de que hay tentaciones por ahí, y es la tentación el PRIAN”, dijo el legislador en un extravío declarativo e ideológico propio de un lego en las artes de la política nacional, este fin de semana en Puebla.
Es el mismo que ha dado otras perlas declarativas en episodios clave del pasado reciente, para mostrarlos que como en los partidos políticos más abusivos, en Morena también hay personajes de oprobio.
La mala noticia para Mier Velazco se expresa en la incapacidad numérica para revertir el trabajo legislativo que está por comenzar con el periodo extraordinario relacionado con el cobro del Derecho de Alumbrado Público.
El rebaño de Morena, que lidera junto con Claudia Rivera, la expresidenta municipal, no sólo es cuantitativo, sino cualitativo. Nada se podrá esperar de un grupo marginal en el que están Daniela Mier, su hija; Carlos Evangelista, Edgar Garmendia, Angélica Cervantes e Iván Herrera. El nuevo fracaso está asegurado.
@FerMaldonadoMX
Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado