La jornada de vacunación antiCovid en Ciudad Universitaria transcurrió con agilidad y sin ningún contratiempo.

No dejó de significar una notable expectativa, sobre todo para quienes notoriamente rebasaban los 60 años.

El cambio en el número de lote del antídoto motivó que algunas mujeres adultas expresaran contrariedad que no pasó a mayores.

Un ejército de integrantes de la brigada Correcaminos, entre quienes destaca personal de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Bienestar y Salud establecieron filtros previos para la revisión de los documentos requeridos: comprobante de vacuna seis meses antes, preregistro, CURP y comprobante de domicilio.

Una joven mujer de sudadera de color negro y emblema de “no pase” en tonos rojos figuraba marcarle el alto de un coronavirus caricaturizado iba y venía revisando documentación de los aspirantes a obtener su refuerzo contra la enfermedad que ya ha cobrado la vida de las de 16 mil 400 víctimas.

Una hora en promedio transcurrió entre tomar lugar en la extensa fila de personas de la más diversa escala social, hasta llegar a la carpa debajo de la cual un equipo de enfermeras aplicaron los biológicos AstraZeneca, Pfizer y Moderna.

Algunas de ellas se permitían bromear con quien mostraba nerviosismo ante la aguja.

Al final del recorrido, con el sol sobre los hombros de mujeres y hombres, un sillerío colocado exprofeso para reposar el largo derrotero y escuchar de jóvenes médicos recomendaciones consistentes en el uso de Paracetamol si hubiese síntomas de malestar como reacción a la vacuna para frenar la cuarta ola de contagios.

En total, 60 minutos para abrazar la posibilidad de evitar un contagio.