La pandemia de Covid 19 nos ha enseñado que en una sociedad tan heterogénea, diversa y plural, no hay distinción por que la salud humana no admite ninguna diferencia.
Si acaso, nos ha demostrado que unos son más insidiosos, faltos de solidaridad y don de gente de bien, sin importar raza, posición económica y política. Se ha dicho que la pandemia no es asunto de salud, sino de moral.
Si Covid-19 nos ha enseñado que no se tiene la garantía de freno ante personalidades de toda índole, ahora se puede confirmar con el contagio que el gobernador Miguel Barbosa anunció en su conferencia de prensa de la mañana de lunes.
Con el padecimiento que ha confinado al mandatario, se puede dar por sentado que Puebla ha visto el contagio de los titulares de los tres poderes del estado, lo que probablemente convierta a la entidad poblana en la única en el país con ese récord del que no podemos tener gozo alguno.
Antes han tenido esa misma enfermedad los presidentes del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez y su esposa, la diputada Mónica Silva; y del Congreso del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
El anuncio de contagio del Ejecutivo en el estado ocurre en un contexto de extrema delicadeza porque Puebla acumula hasta este lunes 16 mil 465 decesos desde que se dio el anuncio de la llegada de Coronavirus al territorio, en marzo de 2020 y más de 128 mil 800 contagios.
Y también exhibe la errónea y sistemática campaña de los malquerientes de Barbosa que durante varios intentos a través de usuarios de redes y francotiradores de la pluma lo enfermaron para inhabilitarlo políticamente, sólo para darse cuenta al lunes siguiente que el objeto de sus desvelos seguía ahí, en lo suyo que es el trabajo de gobernar a Puebla.
Fallaron en sus vaticinios y fallaron en el anuncio. Se quedaron cortos otra vez porque fue el propio Barbosa en anunciar su condición de contagio, confinamiento voluntario y hasta en broma presumir a su médico, de quien dijo, es “el mejor del mundo mundial”, el titular de Salud, José Antonio Martínez García.
Un buen talante que los diferencia con solvencia en una persona comórbida con quien no todo mundo coincide, pero no se le podrá regatear su empeño por hacer una gestión diferente, sin frivolidades, hipocresías, pero llena de franqueza.
Los titulares de los poderes Judicial y Legislativo han sorteado los retos de la enfermedad tras el obligado periodo de confinamiento y con Miguel Barbosa deberá suceder lo mismo pues el mejor antídoto para enfrentar este padecimiento es la vacuna y las medidas de prevención.
La estadística muestra que el hecho de que más de 95 por ciento de los habitantes de Puebla tengan al menos una de las dosis de alguna de las vacunas de los diversos laboratorios -Pfizer, AstraZeneca, La Moderna, Sputnik V-, permite ver un hecho tangible que debe ser motivo celebratorio: la drástica reducción de muertos por esta enfermedad.
El número de personas reportadas sin vida al inicio de la semana fue de dos que enlutaron familias, lo que subraya la misma exigencia: no bajar la guardia.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado