2022 será para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador un año de consolidación de su estrategia política y económica, o bien de estancamiento y serios cuestionamientos sociales por parte de la mayoría de la población. El llamado gobierno de la “4T” tendrá por delante retos puntuales que si los logra sacar adelante, se consolidará como primera fuerza indiscutible, electoralmente hablando, y seguirá ganando en todos (o al menos en la mayoría) de los estados donde habrá elecciones. Veamos rápidamente.

Para empezar, la estrategia de MORENA para gobernar no es otra que la del presidente de la República, su líder moral para lo que le resta de vida (a ambos). Y se basa en un postulado simple: Polarizar a la sociedad y recordarle todo el tiempo que el pasado prianista era muy malo, lleno de corrupción y que por su culpa el país no avanzó y solo enriqueció a unos cuantos. Y vaya que le ha funcionado. En todos los estados donde había y hay gobiernos de esos partidos… termina ganando Morena, con el candidato que lance.

Y esa será la estrategia electoral este año y los dos que vienen. La reforma energética es indispensable para que “los mexicanos sigan siendo dueños de la electricidad y no extranjeros que vienen a enriquecerse”. La reforma electoral es indispensable para que el viejo aparato manejado por el PRIAN “no siga atentando contra la voluntad del pueblo” (encarnada en candidatos de Morena), y por eso si el INE no quiere organizar la consulta de “revocación de mandato” (que no es otra cosa que revivir las huestes electorales de AMLO en todo el país) hay que eliminar a sus consejeros prianistas. Las grandes obras del presidente son indispensables para dar trabajo a más mexicanos y acabar con los desvíos de recursos que acostumbraban los prianistas. Los programas sociales (con claros fines electorales) son indispensables para ayudar a la gente más pobre. Darle más facultades al Ejército ayuda a combatir la inseguridad… y también tiene contentas a las Fuerzas Armadas, hoy aliados indiscutibles del presidente.

Y aunque nada de lo anterior le guste a sus opositores (protagonizados por panistas, priístas y empresarios de las cámaras tradicionales)… a la mayoría de la población sí le agrada y sigue votando por los candidatos de Morena. En todo el país y en Puebla (desde luego), donde el triunfo de los panistas en la zona metropolitana fue un tanto circunstancial (en cada caso) por el voto de castigo de las clases medias y por la búsqueda de reelección de los alcaldes que no agradó a la gente. Pero Morena ganó, sigue ganando en general y seguramente ganará en la mayoría de procesos de este 2022 en varios estados del país.

El problema para AMLO y Morena sería que se agravara la situación económica este año (que comienza con la cuesta de enero más complicada de la última década, al menos) y que los mexicanos se desilusionaran porque no hay resultados positivos en sus bolsillos con los gobiernos de la 4T. El mexicano perdona todo, MENOS no tener dinero para comer. Es el único nubarrón gris para el gobierno de AMLO (desde luego aderezado por un crecimiento exponencial de la pandemia que agravaría aún más la crisis económica).

Y en Puebla las cosas no son tan distintas. El gobierno de Miguel Barbosa ha venido mejorando poco a poco ante la opinión pública y después de arribar con muchos cuestionamientos por parte de la mayoría de la población (por lo inhabitual de su llegada al poder), hoy está en su mejor momento, la gente se ha dado cuenta de que quizás no es el gobernador más simpático de la historia (nunca lo buscó desde el principio de su gestión)… pero sí el más austero, el que vino a acabar con el modelo de corrupción y fabulosos negocios del prianismo morenovallista y el que ha sabido manejar con prudencia y firmeza la pandemia en Puebla.

Esa es la realidad al momento actual. No sé si se mantenga (hay imprevistos instantáneos siempre… los poblanos lo sabemos). Pero ya lo iremos analizando conforme avance (muy rápidamente como siempre) 2022.

 

Rodolfo Rivera Pacheco

@rodolforiverap

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