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La inflación en Estados Unidos continuó en febrero su tendencia al alza y llegó a un máximo en 40 años, impulsada por el precio de los combustibles que suben debido a la guerra en Ucrania.

El indicador se ubicó en 7.9% a tasa anual, la mayor desde enero de 1982, cuando fue de 8.4%. Además, se trata de la cifra más alta para un febrero desde 1981, periodo en el que alcanzó 11.4%.

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“En su mayoría, los datos que se recopilaron son ajenos a los efectos que desencadenó la invasión rusa a Ucrania, pues éstos se mostrarán de manera más íntegra a partir de marzo, por lo que el panorama inflacionario sigue luciendo bastante vulnerable”, expuso en un reporte Monex.

El grupo financiero consideró que la Reserva Federal (Fed) se verá proclive a adoptar un tono más restrictivo en su decisión de política monetaria del 16 de marzo, aunque no está claro si la información económica hasta ahora conocida sea suficiente para que eleve su tasa clave en 50 puntos base.

Infografía: Xavier Rodríguez

El presidente del banco central, Jerome Powell, ya dijo que propondrá un aumento de 25 puntos base en la próxima reunión, pero no descartó un incremento más agresivo en las siguientes decisiones del año si la inflación fuera más alta.

Con respecto a enero, la inflación avanzó 0.8%, y los precios de las gasolinas explicaron casi un tercio de ese incremento, con un aumento de 6.6% frente al primer mes del año.

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El presidente Joe Biden sostuvo que “las familias (estadounidenses) comienzan a sentir los efectos del alza de precios de (el presidente ruso Vladimir) Putin”.

El aumento de los precios del gas y la energía contribuyeron ampliamente a la inflación, ya que los mercados reaccionaron a las “acciones agresivas de Putin”, sostuvo en un comunicado.

“La guerra ruso-ucraniana alimenta aún más la vertiginosa tasa de inflación a través del aumento de los precios de la energía, los alimentos y las materias primas básicas, que se inflan por el empeoramiento de los problemas de la cadena de suministro”, dijo Kathy Bostjancic, economista en jefe de Oxford Economics.

A corto plazo, la gasolina debería seguir subiendo en marzo, ya que el precio del barril se acerca a su máximo histórico desde 2008.

Todas las miradas se concentran en la próxima reunión de la Fed, en la que se prevé que decida un primer aumento a su tasa en dos años, lo que tendría el efecto de encarecer el crédito y frenar la demanda y la inversión, y por lo tanto, la presión sobre los precios.

Con información de AFP y Francisco Rivera

 

LEG

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