De la esfera mediática a la legislativa, la parentela del coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, encontró la manera de cabildear a la mala la posesión de un jugoso contrato para ofrecer el servicio de video vigilancia en la ciudad de Puebla.
Fueron quienes en la gestión de Luis Banck consiguieron colocar las llamadas “ventanas ciudadanas” a través de un contrato de prestación de servicios con un costo de unos 50 millones de pesos.
Los montos explican la campaña feroz para no dejar pasa la oportunidad de forzar la continuidad de un contrato que ha sido señalado por especialistas del ramo por sus deficiencias, alcance limitado e interés del propio Mier Velazco.
La historia no tiene pierde porque involucra a un medio de comunicación poblano a través del cual la firma empresarial de Moisés Villaverde Mier y Eduardo Izcoa Reyes ha ejercido presión en los gobiernos de Claudia Rivera y de Eduardo Rivera Pérez.
La víspera se sirvieron un un diputado en el Movimiento de Regeneración Nacional, cuyo derrotero había sido catalogado como mediocre, sin propuestas firmes ni congruencia política: Iván Herrera Villagómez.
La víspera subió a la tribuna para presentar un punto de acuerdo para exhortar al presidente municipal Eduardo Rivera Pérez informe sobre el uso de recursos públicos destinados al mantenimiento o adquisición de videocámaras de vigilancia.
“Le venimos a exigir que transparente sus acciones y las de los integrantes de su Gobierno. Nos vemos en la penosa necesidad, pues si en medios de comunicación (el que obedece a los intereses del grupo) no se han obtenido las respuestas, entonces esperamos a que se respete la dignidad de este Congreso”.
El diputado Herrera Villagómez mintió deliberadamente. No estaba en juego la “dignidad” del Legislativo, sino el interés económico de una firma empresarial que tiene además, como un principalísimo promotor a un aspirante a la candidatura al Gobierno de Puebla por el partido en el poder, Ignacio Mier.
Ya previamente el diputado Herrera Villagómez había dado muestras palmarias de una grandilocuente conducta. Como regidor al servicio de Claudia Rivera en el trienio 2018-2021 había hecho mutis frente al cobro sin reglamentar del derecho de alumbrado público, al que luego se opuso como integrante del Congreso.
Como al oso de espectáculo de circo, basta escucha el pandero de Ignacio Mier Velazco para comenzar a bailar al compas de la melodía que le toquen, aunque para ello exhiba su mala memoria o apuesta al cinismo.
El más reciente de esos malabares circenses se produjo este miércoles y terminó por revelarlo como un diputado utilitario, disponible siempre como consorte en la alcoba, sin derecho a las potestades de la figura que concede el matrimonio bien habido.
Tan apremiante era fijar la ilegítima postura legislativa en favor de una firma empresarial que hasta antes de la presentación del punto de acuerdo, el sitio en internet del Congreso del Estado no registraba una sólo iniciativa de las 162 y los 150 puntos de acuerdo que el resto de los legisladores habían hecho, producto de su actividad legislativa. Iván Herrera no sólo resultó un diputado utilitario, sino poco productivo.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado