Es probable que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya sido el primer mandatario federal en pisar Casa Aguayo, formal sede del Gobierno del estado desde que arribó al poder Miguel Barbosa Huerta, en agosto del 2019.

El ingreso se produjo puntual, a las 10:30 de la mañana, por la calle 16 Oriente, adyacente a la 14 Oriente, la avenida por donde se accede al frontispicio del histórico edificio en el Barrio del Alto que data del siglo XV, originalmente propiedad del capitán Juan Martínez de Aguayo.

El presidente y la totalidad de los responsables de los programas sociales en el país se fascinaron por el histórico edificio. Recorrieron pasillos y asomaron a algunas oficinas, hasta llegaron al salón 5 de Mayo.

López Obrador se mostró particularmente interesado en la historia de Casa Aguayo y preguntó a su anfitrión si esa era Casa Puebla, a lo que el gobernador de Puebla especificó que el inmueble aquel era una suntuosa casa en la que habían despachado y habitado gobernadores anteriores.

En lugar de vivienda del gobernador en turno, aloja oficinas para la atención de pueblos originarios, puntualizó palabras más, palabras menos.

Anticipó que se trabaja en la recuperación de 7 hectáreas que estarán dedicadas al descanso de familias poblanas. Atento, el presidente encontró condiciones similares a lo hecho en Los Pinos, la que fue residencia oficial de los presidentes hasta el priísta Enrique Peña Nieto ahora alberga un centro cultural.

Ese fue el tono en el que uno y otro dialogaron largo sobre los avances de programas en el territorio, que terminó por enterrar sospechas de una visita poco amigable por una división entre el gobernador de Puebla y el presidente de México, que sólo existió en la febril imaginación de quienes no encontraron acomodo en el gobierno en turno.

Los fatalismos que inundaron mesas de café y corrillos políticos del grupo de “barbofóbicos” no se concretaron este sábado, cuando en forma poco usual y ortodoxa, se anunció la presencia del tabasqueño, convertido en el centro de los ataques de la oposición.

López Obrador fue particularmente atento con Barbosa. “Te venimos a visitar, Miguel”, dijo en un ambiente cálido y armónico. El tuteo presidencial recibió una respuesta con la formalidad del caso: Barbosa antepuso siempre el Licenciado López Obrador o, Señor Presidente, no obstante haber encontrado coincidencias políticas hace más de 20 años.

Agradeció el apoyo del gobierno federal desde Puebla y el trabajo hecho por Barbosa, lo que echó por tierra una de los escenarios: el encuentro, dijo una fuente consultada, sería eminentemente político. La confrontación entre López Obrador y Barbosa Huerta era inminente, se había anticipado.

Dos nombres en Morena confrontados con el inquilino de Casa Aguayo flotaron siempre en ese eventual desencuentro: Claudia Rivera Vivanco e Ignacio Mier Velazco.

Fue casi hora y media de diálogo. El presidente dijo al mandatario “tú sabes mucho, Miguel”.

No sé mucho, pero aprendo rápido presidente, devolvió Barbosa con una sonrisa franca que todos en la mesa acompañaron.

El tabasqueño estará de regreso en unos días más. Encabezará la Mesa de Seguridad, la Mañanera y presidirá el desfile conmemorativo de la Batalla de Puebla, “nos vemos el 5 de mayo”.

Significará el regreso del poder federal a la fiesta de los poblanos para rememorar la fecha histórica, y cuando Zaragoza escribió en un telegrama “las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria”.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado