La votación dividida sobre el dictamen de “Créditos de Nómina con Cobranza Delegada” -un embargo de facto a los salarios-, que avaló la Cámara de Diputados la semana pasada, exhibió que el coordinador de los diputados federales de Morena, el poblano Moisés Ignacio Mier Velazco, tiene grietas en su jerarquía y evidentemente carece de un liderazgo sólido en la bancada mayoritaria en el Palacio Legislativo de San Lázaro, en donde ejerce el cargo de “jefe”, que le heredó su amigo Mario Martín Delgado Carrillo.
Echando un vistazo al retrovisor, no recuerdo un momento, como este, en que algunos integrantes de una bancada del partido en el poder hayan dado la espalda a su coordinador.
El Grupo Parlamentario del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) venía votando en bloque, desde la legislatura pasada, pero ahora se fracturó en esta votación, sobre el planteamiento que permitiría que los patrones descuenten a sus trabajadores sus pagos por créditos de nómina, antes de darles sus salarios.
Junto con los diputados del PRI, PAN, PRD y MC que rechazaron este dictamen, por considerar que con éste se regresa al esquema de “tienda de raya” de antes de la Revolución, también votaron en contra los morenistas Inés Parra Juárez, también poblana y a quien Mier había dado alas para hacer protestas contra el Derecho de Alumbrado Público (DAP), en los municipios; Irán Santiago, Azael Santiago, Susana Prieto, Lidia García, Socorro Andazola, Alfredo González, Sandra Navarro y Víctor Varela.
Se sumó al grupo rebelde, aunque no es de Morena, sino de su aliado Partido del Trabajo (PT), Victoriano Wences.
Pero la exhibida que le dieron a Moisés no quedó ahí, pues se sumó el mismísimo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien dio la razón a los diputados y diputadas que lo desobedecieron, pues también rechazó esa propuesta y amagó con vetarla.
En su conferencia del 18 de marzo, López Obrador dijo: “no estoy de acuerdo con esa reforma. No creo que deba de embargarse el salario de los trabajadores, bajo ninguna circunstancia, el salario es sagrado”, sentenció.
Lo que ocurrió el jueves pasado en San Lázaro, fue el mayoriteo, aunque por primera vez fracturado, de Morena y sus aliados para avalar un decreto de minuta, que venía del Senado, pero sobre el que se realizaron cambios; ahora y por ello regresó a la Cámara Alta.
Hay que decir que fue contundentemente condenado por la secretaria federal del Trabajo, Luisa María Alcalde:
“La Ley Federal del Trabajo (LFT) es clara: ‘No pueden ser embargados los salarios de los trabajadores’. La postura del Presidente es firme respecto a la iniciativa que atenta contra el principal sustento de la familia. Estamos aquí por l@s trabajadores y para defender sus derechos”, escribió en Twitter.
¿Qué le pasó a Moisés? No solamente se le astilló el Grupo Parlamentario, pues lo desobedecieron nueve de sus subordinados y luego públicamente recibió un regaño de la secretaria del ramo y del Presidente.
Podrá decir el poblano que 9 de 202 “no es nada”, pero así comienzan las escisiones graves.
Además, seamos honestos, ser coordinador es casi su única gracia, y ya la está perdiendo.
@Alvaro_Rmz_V
Álvaro Ramírez escribe Piso 17