Desde que tomó posesión, el gobernador Miguel Barbosa, proveniente de una alianza encabezada por Morena y ganador de una elección extraordinaria después de la trágica muerte del matrimonio Moreno Valle-Alonso Hidalgo, prometió que en Puebla habría un proceso de reconciliación, pero que eso no significaría que habría impunidad para los corruptos del pasado. Reconciliación pero no olvido, fueron más o menos sus palabras en aquel agosto de 2019.

Los procesos legales son tardados y tortuosos, bien llevados y con pruebas suficientes, aquella promesa se ha visto cumplida y varios abusivos están tras las rejas. No ha habido excepción para los corruptos, de gobiernos anteriores y para varios de los que iniciaron la actual gestión barbosista.

Ha habido un saqueo añejo y permanente del erario, y las triquiñuelas para hacerse del dinero público se han venido perfeccionando con los años. Inflar costos o hacer obras inexistentes sólo es el comienzo para expertos en latrocinio, después viene el uso de empresas falsas, “factureras” y desvío de recursos para prestanombres a través de licitaciones o adjudicaciones amañadas.

Me pregunto si el morenovallismo no hubiera terminado su existencia aquel 24 de diciembre de 2018, habría decenas de obras absurdas, trenecitos o ruedotas de la fortuna que hubieran costado miles de millones de pesos; habría nuevos teleféricos, ciclovías y carreteras mal planeadas. Porque el plan del líder era ser presidente de la República. Rafael Moreno Valle requería miles de millones de pesos para garantizar que ganaría la elección en 2024.

Los poblanos estaríamos pagando las consecuencias. Con mucha más deuda disfrazada de PPS y APP que los próximos gobiernos pagarían puntualmente.

Faltan muchos corruptos del pasado. Pero este gobierno ya demostró que irá por ellos, con calma pero con seguridad. Las carpetas de investigación son muchísimas. Y si ya también se tomaron drásticas medidas contra quien supuestamente vigilaban el buen manejo de las cuentas públicas, entonces sálvese quien pueda.

Mientras los poblanos empeñamos nuestra vida en sobrevivir dignamente con nuestras familias, un grupo de bribones tiene casas de 100 millones de pesos, ranchos, aviones, yates, camionetas de millones de pesos, edificios de condominios de súper lujo y propiedades en el extranjero. No estoy en contra de los ricos que han sido hábiles empresarios y tienen éxito en los negocios; me refiero a los políticos que jamás han vivido de otra cosa que no sea el servicio público y hoy son potentados millonarios.

Ya varios están en la cárcel purgando condenas y procesos. Unos andan de huida, pero si la promesa de “reconciliación, más no impunidad” de 2019 fue real y sincera… tenemos que ver a muchos recibiendo un castigo ejemplar. Si lo hace este gobierno, les puedo asegurar que su partido vuelve a ganar las elecciones en junio de 2024.

 

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