La cifra de 15 millones de ciudadanos y ciudadanas que votaron por el SÍ a favor del Presidente de la República debe entenderse como apenas una muestra representativa de la todavía muy amplia superioridad electoral que tiene el lopezobradorismo en el país, y que se ha vuelto a demostrar a pesar del desastre que, como partido, es el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus dirigentes, figuras de verdadera vergüenza.

A pesar de la estridencia con que los partidos de oposición, sus legisladores y sus funcionarios (que no líderes) intentan hacer ver el ejercicio del domingo como un “fracaso”, la realidad es que son números muy favorables al actual régimen, porque son apenas un indicativo de una cifra potencialmente mucho mayor.

Ninguno de los detractores de López Obrador y de la consulta incluye en sus descalificaciones un dato vital, para entender lo que sucedió: en todo el país, apenas se instaló 30 por ciento de las casillas (mesas receptoras para este caso), en comparación con las que, para la elección constitucional de 2018, fueron dispuestas por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Técnicamente, estamos ante el muestreo de 30 por ciento del potencial de votos que pudiera obtener, a través de sus seguidores más fieles, eso que llaman “voto duro”, el lopezobradorismo.

No debe ser asumida tampoco geométricamente esa prospectiva numérica, ni en automático, pero en cambio sí es válido tomarla como proyección.

La mañana del 1 de julio de 2018, el INE reportó la instalación de 150 mil 684 casillas en territorio nacional.

Para este domingo 10 de abril, en la Consulta Popular sobre Revocación de Mandato, se instalaron en todo el país apenas 56 mil 465 casillas.

En los centros urbanos hubo dificultades para el registro del voto y fue más señalado en regiones rurales.

Es incontrovertible que en la consulta fue mucho más difícil votar que en una elección constitucional. Los números son exactos.

La oposición, como ha dicho -y se puede estar o no de acuerdo- el presidente, “está moralmente derrotada”, pero ahora también “aritméticamente derrotada”, y eso no está a discusión.

No se ve cómo los partidos de oposición, principalmente la alianza PRI, PAN y PRD, puedan derrocar al actual sistema, cuando las proyecciones nos dejan ver que no solamente no ha perdido su base electoral de 30 millones, sino que incluso podría haberla incrementado.

En Puebla, con menos de 30 por ciento de las casillas instaladas, en comparación con 2018, se recibieron 925 mil 684 votos, de los cuales, 840 mil 964, más de 90 por ciento, fueron a favor de Andrés Manuel.

Ojo, con la tercera parte de las casillas instaladas, en comparación con una elección constitucional.

Sólo para recordar, la alianza Va por Puebla (PRI-PAN-PRD), con casillas instaladas por completo, consiguió alrededor de 950 mil votos en 2021.

El lopezobradorismo, y a pesar del desorden de Morena, consiguió este domingo más de 840 mil a su favor, con apenas la tercera parte de las casillas.

Números brutos, realidad dura.

 

@Alvaro_Rmz_V

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco