La ejecución del director de Seguridad Pública en Acatlán de Osorio, Héctor García Álvarez, junto a su esposa, así como el ataque a menores de edad fue el desenlace trágico de una larga amistad entre el mando policiaco y los líderes de Los Rojos, una agrupación criminal que se dedica al narcotráfico, cobro de piso y robo en distintas modalidades.

La historia de este grupo criminal, al que en la región conceden dimensiones de cártel, no es nueva y abarca las zonas limítrofes de Puebla con Morelos, Oaxaca y Guerrero. Del lado de Puebla, tienen influencia en Piaxtla, Chinantla, Chiautla de Tapia, Tehuitzingo y mantienen vasos comunicantes con otros grupos en Izúcar de Matamoros y Atlixco.

El trasiego de drogas sintéticas, sobre todo cristal, y el robo de transporte de mercancías en cuatro entidades del país son los blancos más redituables para sus integrantes.

El difunto, a quien su corporación en Acatlán de Osorio homenajeó este fin de semana, ya había repetido en diversos administraciones por su cercanía con dos personales clave en la historia de la construcción de Los Rojos: Alejandro “El Chino” Herrera y Pedro Flores Romero “El Melle”.

El primero de ellos fue ejecutado por su propio cuerpo de seguridad cuando intentó refugiarse en Ahuazotepec, lo que orilló a un reacomodo de fuerzas en la región.

Antes de que eso sucediera, se había llevado a cabo un operativo coordinado por la Secretaría de Marina Armada de México en un rancho de su propiedad, en el que fueron asegurados animales exóticos como 1 águila, 4 pavorreales, 1 gato montés, 1 tucán, 3 halcones, 3 avestruces y 13 toros de lidia.

Estos líderes criminales comenzaron a despuntar desde 2016 cuando gobernaba el Partido Acción Nacional. Una conducta omisa o cómplice permitió el crecimiento de la agrupación hasta llegar a comprar ediles y columnistas y reporteros en la región y la capital.

También aseguraron escopetas y rifles de asalto, como R15, cargadores y cartuchos útiles.

Las menciones reiteradas en las conferencias mañaneras, en el sentido de llamar a periodistas a no hablar ni coludirse con el crimen, cobra sentido a la luz de la existencia de una nómina de la que se sirven varios de los trabajadores de los medios y que cada vez es más notoria.

En 2017 fueron capaces de robar caballos de cuarto de milla de la caballeriza de Domecq, lo que los llevó a colocarse como un grupo con capacidad logística y de fuego de mayores dimensiones.

En 2016 fueron los responsables del intento de levantón del popular cantante Lupillo Rivera, y hasta donde se tiene conocimiento las corporaciones  policiacas están sembradas de halcones que les proveen de información privilegiada.

Una leyenda urbana que corre entre los habitantes de la región, es que la Guardia Nacional destacamentada en la Mixteca poblana también está coludida con “El Melle”.

Abundan las historias de reuniones y comidas entre mandos de esa corporación federal y los líderes de Los Rojos, lo que podría dificultar la limpia de la zona, como se lo ha propuesto la administración de Miguel Barbosa.

 

@FerMaldonadoMX

Parabólica escribe Fernando Maldonado