Hace seis meses en este espacio hacíamos la alegoría del Puebla como el estudiante machetero que tras un inicio complicado en el que se le dificultaron algunas materias trabajó mucho para recuperar el tiempo y mejorar su situación, a tal grado que terminó haciendo un buen semestre. Pues bien, la versión del Puebla en el Clausura 2022 es diametralmente opuesta porque ahora es el estudiante que arranca muy bien, que entrega trabajos ejemplares pero que tras presentar un examen magnífico (fecha nueve ante Cruz Azul) se confía, cree que con ese nivel ya exentó y se tira a la hamaca en los dos meses que restaban para acabar el semestre: El resultado es que tendrá que presentar todos los exámenes incluyendo el primero que suele ser traicionero.
Ese es el Puebla un equipo que durante nueve fechas tuvo la etiqueta de invicto, que sumó 21 de 27 puntos en disputa y que luego de brillar frente a la Máquina Celeste apenas acumuló cinco de los últimos 24 en disputa, que ganó un juego de los últimos ocho, que cerró con tres derrotas consecutivas en las cuales apenas anotó un gol (de penal en el minuto 94 ante el hermano Mazatlán en la última jornada), en el que el promedio que había logrado en las primeras fechas era tan bueno que a pesar del mal cierre se quedó a un punto de asegurar su pase directo a la liguilla o dicho de otra manera tuvo muchas oportunidades de exentar pero desaprovechó las dos últimas ante Necaxa y los apodados Cañoneros que vivieron la noche más importante de su corta historia cuando derrotaron al Puebla por 2-1, se salvaron de pagar la multa de 33 millones de pesos por finalizar en antepenúltimo lugar de la tabla de cocientes y, de rebote, por el empate del León ante Toluca se metieron por primera vez al repechaje donde tendrá que volverse a medir a su hermano no reconocido. El equipo de la Franja no escuchó las llamadas de atención que iba recibiendo y acabó apagado y confundido en tierras sinaloenses.
Tras nueve fechas invicto con marca de seis triunfos y tres empates, el Puebla perdió lo invicto en San Luis Potosí, en una tarde en la que había sido superado en intensidad en la primera parte, pero donde Nicolás Larcamón pudo recomponer y en la segunda mitad el equipo recuperó sus señas de identidad para empatar y tener la jugada para irse en ventaja que salvó Barovero, sin embargo en la última acción una jugada de táctica fija en la que falló en la marca Martín Barragán se convirtió en la primera derrota del torneo. Cabe recordar que en la exhibición frente a Cruz Azul, el momentáneo gol celeste también cayó en un desajuste defensivo en táctica fija. A partir de la derrota en tierras potosinas, el Puebla recibió gol tras un saque de manos que significó el empate de Santos Laguna que iba perdiendo 2-0 y que en tres minutos se encontró con la igualada, los problemas en pelota parada no se corrigieron: El gol que significó la derrota en Pachuca cayó en un tiro de esquina, hasta el error de Antony Silva que se tradujo en el descalabro en casa ante Necaxa se produjo en el cobro de una falta y el viernes, el primer gol se generó en otro tiro de esquina y la jugada del penal de Aristeguieta también. Al menos estamos hablando de seis goles en contra, más el de Cruz Azul, en jugadas de táctica fija.
Pero el problema no radica solamente en la falta de atención en este tipo de jugadas, el viernes el Puebla fue incapaz de mantener la posesión de la pelota, ninguno de sus integrantes (salvo en algunos minutos del primer tiempo Jordi Cortizo) pudo ser eficiente en la entrega del balón, se fallaron pases de rutina, Maximiliano Araújo ha dejado de pesar y hasta se vio trompicado en alguna ocasión cuando la jugada prometía y se trastabilló con la pelota, aunque el talento de Cortizo ayudó a que el equipo de la Franja se asomara al arco de Vikonis, algo que no sucedería durante muchos minutos de la segunda parte, porque además del apagón futbolístico del viernes se sumó la confusión: Otra vez muchas tarjetas (parte de la intensidad con la que juega el Puebla), magnificadas por las protestas airadas a cada decisión arbitral tanto del cuerpo técnico como de los jugadores a tal grado que Cortizo se fue diluyendo una vez que inició su concierto de reclamaciones.
Un equipo perdido que ha visto como los rivales han aprendido a contrarrestarlo, con baja de juego en alguno de sus integrantes más importantes de mediocampo hacia adelante, distraído en acciones donde antes no sufría y confundido por las constantes reclamaciones arbitrales en donde el cuerpo técnico ha sido incapaz de poner orden porque sus integrantes son los primeros que le gritan a los jueces. Así si el primer tiempo fue malo, el segundo fue peor ya que Mazatlán avasalló (verbo que antes empleaba el técnico del Puebla para referirse a su equipo) a los Camoteros, se valió de presión alta y se alió con la mala circulación de pelota visitante para ahogarlo, para recuperar rápido la pelota y generar acciones de peligro donde apareció Antony Silva con dos grandes atajadas, pero en un tiro de esquina los locales encontraron premio cuando el capitán Salas no saltó y permitió el remate de Alanís quien dejó sin opciones al arquero paraguayo; lejos de frenar su ímpetu los mazatlecos siguieron ante un Puebla grogui, sin respuestas y más confundido: Como si la intensidad característica del equipo ahora se mostrara solamente con los reclamos al juez central, por ello no tardó en caer el segundo de Mazatlán, en otra jugada de táctica fija en la que la mano de Aristeguieta fue decretada por el VAR para que Marco Fabían fusilara a Silva desde los once pasos.
Con el 2-0 el Puebla no reaccionó y el Mazatlán estuvo más cerca del tercero pero Antony Silva salvó los muebles, por cierto mención aparte merece el joven Iván Moreno, poblano de nacimiento, en las filas del cuadro sinaloense quien cargado por derecha fue un dolor de cabeza para Ivo Vázquez y el reaparecido Lucas Maia. Moreno Füguemmann (17 de enero de 1998) sumó 965 minutos en el torneo, catorce juegos, doce de ellos como titular y un gol en una buena campaña para el oriundo de la ciudad de Puebla. Con el Mazatlán cómodo, el equipo de la Franja nunca pudo meterse en el juego hasta la parte final cuando amainó el temporal y en el que tras un pelotazo al frente, Guillermo Martínez fue derribado en el área por Jesús Zavala para que Pablo Parra finalizara la mala racha ante la portería contraria, pero en realidad el Puebla nunca estuvo cerca de sacar un mejor resultado https://www.youtube.com/watch?v=itgUGHBFFhM.
Falta de concentración, baja de juego de varios elementos que son los que tienen la onza para cambiarla y confusión son los males que ofreció el Puebla en el duelo ante Mazatlán, lejos de la identidad Puebla que pregona Nicolás Larcamón quien en la rueda de prensa reconoció los problemas de concentración del equipo y mostró alivio por terminar el campeonato. Ahora tendrá una semana para preparar el duelo de recalificación donde volverá a enfrentar al Mazatlán sólo que ahora en el Estadio Cuauhtémoc. El mayo memorable que prometió el argentino pasa por elegir bien a los jugadores (en Mazatlán no alinearon Segovia y Gularte que se habían mostrado bien ante Necaxa), pero sobre todo por recuperar la concentración de todos, pasa por recordar que este equipo no ganaba por su calidad individual, sino por su trabajo colectivo y pasa por tener autocrítica en todos sus integrantes incluyendo el cuerpo técnico para evitar los constantes reclamos a los cuerpos arbitrales.
No son las mejores sensaciones para preparar una postemporada, mientras Mazatlán llega enrachado y con la sensación del deber cumplido, pero ahora el Puebla se encuentra con otra oportunidad al jugar en casa el partido para llegar a la liguilla. Larcamón expresaba su confianza de recuperar al equipo y de recordar cómo se juegan este tipo de partidos, veremos si es capaz de volver a motivar a un equipo que ya ha demostrado que tiene los argumentos para ser protagonista. Si los Camoteros son capaces de recuperar la memoria y vencer al Mazatlán se encontrarían con el América en cuartos de final con la ida en el Cuauhtémoc y la vuelta en el Azteca. Pero ahora que las sensaciones no son buenas y cuando ciertamente lo ideal es llegar embalado a la liguilla, conviene desempolvar un dato estadístico del Puebla campeonísimo de la 89-90 que si bien es cierto que conquistó la cuarta copa México para la institución, en liga ganó uno de los últimos ocho juegos, ganó uno (Tecos), empató dos (Atlas y América) y sufrió cinco descalabros (Santos, Monterrey, Irapuato, Toluca y Pumas, los dos últimos en casa), sumando cuatro unidades de las últimas dieciséis en disputa (porque se otorgaban dos puntos por victoria).
No son las mejores sensaciones, pero este grupo de jugadores y este cuerpo técnico tiene crédito por lo que ha construido: Estar a las puertas de otra liguilla, un colchón de treinta puntos con respecto a los últimos lugares de la tabla de cocientes de la próxima temporada y tener un estilo agradable. No es lo ideal, el estudiante se confió y flojeó pero de cara a los exámenes finales ese estudiante sigue teniendo mucha capacidad y ahora el reto será romper con los malos hábitos de las últimas semanas.
@abascal2
El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal