Solícito, atento y lisonjero el abogado, Román Lazcano Fernández, llegó a la mesa con un Pinot Noir; exhibió el tinto al comensal que se advertía pleno exultante de la mano de su acompañante en esa calurosa tarde en el Market de Prissa, en la Isla de Angelópolis.
El ex síndico municipal con Blanca Alcalá rendía tributo ese viernes 29 de abril al representante incontrastable de esa prensa corrupta que convirtió información pública en moneda de cambio, mercancía que se ofrece al mejor postor y que este sábado fue detenido por el presumible delito de extorsión, Arturo Rueda.
Como el abogado Lazcano, una buena cantidad de integrantes de la clase política poblana son responsables de la creación de ese Frankenstein de los medios que los exhibió o extorsionó durante años.
Los mismos que vieron en el vulgar comerciante de secretos públicos o de alcoba un puente de plata para acceder a una mirada, guiño o palmadita del socio del medio que enlodó el imputado, Ignacio Mier Velazco, el sonriente activo de la 4T que se exhibió este fin de semana en Durango, a dos domingos de la elección de gobernador, a lado del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y la abanderada Marina Vitela.
Inmoral como es, rodeado del cinismo de su condición, el coordinador de los legisladores de Morena en San Lázaro escribió dos tuits el fin de semana: una para condenar el feminicidio de la abogada y activista Cecilia Monzón, en San Pedro Cholula y el otro, para presumir aparecer en esa imagen con el hombre fuerte del gabinete del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Exhibió de nueva cuenta las convicciones laxas que lo han distinguido desde mucho antes de unirse al clan de Rueda y Enrique Doger: nunca en su vida pública expresó condena, dolor o solidaridad con otras mujeres que como Monzón, fueron brutalmente ultrajadas y asesinadas.
En cambio, en el segundo mensaje reiteró su convicción acomodaticia y de política barata sin fondo. Decidió ignorar a la mujer que los había convocado en Durango, la candidata Vitela por una razón.
La fotografía traía un mensaje críptico, para iniciados: al lado del inquilino de Bucareli, se sintió arropado, seguro, inmune a la indagatoria sobre presunto lavado y manejo de recursos de procedencia ilícita como se dio a conocer en este medio el lunes 16 de mayo.
La delgada línea de la impunidad sobre la que marcha Mier Velazco ha estado a punto de reventar por al menos tres episodios delictivos. El más reciente, la aprehensión de su socio por al menos un delito.
En noviembre de 2021 la ejecución de tres agentes ministeriales en la cabecera municipal de Tecamachalco, gobernado por su vástago, Ignacio Mier Bañuelos, que terminó con el ex secretario de Seguridad, Alejandro Santizo en el penal de Tepexi de Rodríguez.
El otro caso ocurrió en septiembre cuando la diputada de Morena, Sandra Nelly Cadena y su esposo Jesús Portilla con armas cortas y largas que ofrecían al mejor postor, como el presunto líder huachicolero, Antonio El Toñín Martínez Fuentes, a quien semanas decomisaron armas de alto poder.
Rueda, Santizo, la diputada Cadena y el ex auditor Francisco Romero fueron parte de la estructura política y electoral del sonriente Mier y mucho más allá de las lecturas y especulaciones, un dato preciso y exacto es que todos enfrentan procesos penales.
Muchos de los políticos de la morralla local como el ex síndico también resultaron damnificados o huérfanos mientras un Ignacio Mier que sonríe con más maldad que gozo, enseña los dientes al lado de Adán Augusto.
@FerMaldonadoMX