No es sano para la República que la oposición al régimen de la Cuarta Transformación (4T) sea tan pequeña y que, en lugar de que resalten sus propuestas, destaque por sus obstrucciones.
Ese cada vez más raro e impúdico amasiato del PRI-AN-PRD perdió ante la opinión pública con su rechazo a la Reforma Eléctrica lopezobradorista, a pesar de la intransigencia de la mayoría del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados.
Porque lo que permeó más fueron sus anécdotas en esa ruta, en lugar de sus propuestas, algunas incluso viables y razonables.
Los políticos de oposición de antes, muchos de los cuales hoy están en la 4T, solían decir con orgullo: “perdimos, pero ganamos el debate”. Ahora ni eso.
La encuesta que publicó este lunes el diario Reforma, vocero paradigmático del antilopezobradorismo, pinta un panorama muy oscuro para eso que han llamado Va por México, que integran los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), unidos a pesar de sus naturalezas e ideologías antagónicas.
De las seis gubernaturas en disputa, con cita en las urnas para el primer domingo de junio, cuatro son seguras -en esta medición- para Morena, PT y PVEM: Oaxaca, por más de 17 puntos de ventaja; Quintana Roo, con 15 puntos de diferencia; Hidalgo, con 9 puntos, al igual que en Tamaulipas.
El estudio demoscópico de ese diario ubica a la alianza PRI-AN-PRD en Aguascalientes, nueve puntos arriba de la opción lopezobradorista, y en Durango da una ventaja de apenas 4 puntos a los opositores, sobre los morenistas y sus aliados.
De confirmarse estas tendencias, este mismo año el lopezobradorismo llegará a 22 gubernaturas, cuatro más de las 18 que tiene actualmente, contando la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
E incluso, por la cercanía que comienza a tomar en Durango, hasta a 23 podría tener.
Con esa fuerza, más la polarización cada vez más acentuada por las conductas de la oposición en el Congreso de la Unión, que dañan más a esos partidos que al régimen, vendrá luego en 2023 la elección en la entidad con el Padrón Electoral más grande del país, el Estado de México, junto con Coahuila.
Aunque están lejos todavía esas elecciones, las cosas pintan para que Morena se quede, por fin, con la gubernatura mexiquense y que posiblemente el PRI también sea derrotado en tierras coahuilenses.
El escenario que se ha presagiado en varios espacios podría cumplirse: el tricolor, el otrora el partido de Estado, no gobernaría, para julio del próximo año, ningún estado.
A pesar de estos escenarios tan pronosticados, en AN y menos en el PRI hay imaginación suficiente para contrarrestar la aplanadora lopezobradorista.
Los dirigentes nacionales, el priísta Rafael Alejandro Moreno Cárdenas y el panista Marko Cortés Mendoza son bravucones, no son estrategas. Del PRD es un desperdicio escribir.
Y todos juntos, qué pequeños han quedado.
@Alvaro_Rmz_V
Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco