La primera noche de Javier López Zavala en el sistema carcelario podría extenderse por mucho tiempo si es que los datos de prueba de la Fiscalía General del Estado son sólidos, como sugiere el parte ofrecido la víspera para medios y usuarios de redes sociales.

La puesta a disposición de un juez de control daría como resultado que el ex candidato a gobernador en 2010 sería llevado a Tepexi de Rodríguez, la cárcel que más rígidos protocolos posee y que la convierten en la de mayor seguridad en Puebla.

El ex candidato a gobernador en 2010 por el PRI llegaría con toda seguridad al dormitorio “D”, en el que se encuentra un viejo conocido suyo, el aún director editorial del periódico Cambio, acusados hasta ahora de los probables delitos de extorsión y manejo de recurso de procedencia ilícita, Arturo Rueda Sánchez de la Vega.

Ahí también se encuentra un mando policiaco vinculado, como Rueda Sánchez de la Vega, a los Mier en Tecamachalco, Alejandro Santizo Méndez a quien se le responsabiliza de haber dado muerte a tres elementos de la Fiscalía General del Estado en noviembre pasado en ese municipio.

Se trata de un edificio aislado del resto de los dormitorios en el penapenal. Paradójicamente forma parte del conjunto de cárceles estatales llegó a dirigir Filiberto López Zavala, el hermano menor del probable responsable del feminicidio de Cecilia Monzón Pérez.

Por mucho el dormitorio D está considerado entre quienes han estado familiarizados con ese ambiente punitivo como el ala VIP de los reclusorios en el territorio poblano.

No por las comodidades que ofrece, sino por el aislamiento que se vive dentro y fuera de los diminutos habitáculos.

Ese segmento en el penal de Tepexi de Rodríguez está reservado para imputados que por su responsabilidad, exposición mediática o capacidad de operación, deben estar apartados del resto de la población general en ese Centro de Reinserción Social.

Si la sola puesta a disposición de un agente del Ministerio Público para declarar lo que a su juicio conviniera en el caso de feminicidio que se le imputa es aún inverosímil por la dimensión política que llegó a alcanzar, la interlocución que mantuvo con poderosos y la información que llegó a poseer, es aún más difícil de creer que deberá estar aislado, sin comunicación y lejos de todo gesto afectivo.

Rueda, Santizo y, muy probablemente el imputado de estar detrás del feminicidio de la activista ejecutada el 21 de mayo pasado en San Pedro Cholula, deberá ver pasar sus noches y días desde una celda de no mas de cinco metros cuadrados, equipada con un retrete de acero inoxidable, cama de concreto y sólo podrá tomar el sol 1 hora al día.

Esa misma rutina siguió otro interno, acusado de haber cometido al menos cuatro delitos, mientras se mantuvo en encierro desde marzo del 2020, Eukid Castañón, ahora interno de un penal federal en Durango.

Son condiciones muy lejanas de las que se acarició cuando en su entorno se decía con algarabía que desde la posición de gobernador “su reino no tendría fin”.

 

@FerMaldonadoMX