La legisladora local y articulista del Diario Cambio, Nora Escamilla tramitaba certificados falsos de Covid-19 para Arturo N., el personaje que duerme en el penal de Tepexi de Rodríguez, según trascendió entre periodistas y redes sociales.
El disminuido a reo Nigromante, el del penal, busca salir como sea y a cualquier costo de esa fortificación carcelaria.
La víspera se documentó que el despacho defensor del imputado de los delitos de extorsión y manejo de recursos de procedencia ilícita apeló el traslado de la cárcel de San Pedro Cholula a Tepexi de Rodríguez.
No es la primera vez que la articulista de Cambio recurre a ese tipo de prácticas, antes ya había exhibido un documento apócrifo del laboratorio El Chopo para evitar asistir a una sesión legislativa que resultaba clave para echar de la Auditoría Superior del Estado a Francisco Romero, hoy sujeto a dos procesos penales.
En la sesión del 31 de marzo, una mayoría calificada votó por la remoción del ex servidor público. Fueron suficientes 36 votos de los diversos grupos legislativos.
En la minuta de esa plenaria quedaron asentadas tres abstenciones de entre las que destacó la de Escamilla, que antes había sido consentida política del gobernador Miguel Barbosa.
Conocedor como pocos de los procesos legislativos, el tutor político de la faltista quedó sorprendido de la ausencia inocultable de quien en la Legislatura pasada se le había confiado la presidencia del Congreso.
Bastó revisar los reportes Covid-19 en la plataforma del Sector Salud, los casos de contagios registrados, el certificado expedido por el supuesto laboratorio para determinar que se trataba de una coartada.
Mediante un engaño infantil pretendió ausentarse para evitar votar en favor de la salida de quien de manera paralela, era contador de la empresa en la que el imputado Nigromante e Ignacio Mier son socios.
De confirmarse, la diputada del Partido del Trabajo Nora Merino Escamilla habrá echado al basurero la ascendente carrera política labrada desde la izquierda.
No sólo por el evidente vínculo que mantiene con un insoslayable político que ha sido señalado en trabajos de investigación periodística de los delitos en lavado de dinero, extorsión, según consta en la Unidad de Inteligencia Financiera.
Más aún, deberá demostrar que su notoria intención para evitar participar de la defenestración del ex auditor no se debe a su participación en la trama criminal de extorsión a presidentes municipales por parte de los involucrados a la luz de una máxima que no falla: lo que no suela lógico, suena metálico.
La evidencia en el camino sugiere que la novata política que ha militado en la izquierda ignoró hasta ahora, dos de los tres principios del credo de la Cuarta Transformación: mintió y traicionó. ¿Robó?
No sólo eso, porque además, hasta ahora incurrió en actos violatorios de la ley como falsificación de documentos al exhibir un certificado de contagio de Covid-19 falso. Lo otro es tráfico de influencias y también es un delito, eso debería saberlo también.
@FerMaldonadoMX