a violencia verbal -acompañada de manoteos y los puños en alto- fue la reacción de un empresario de giros negros que hasta antes del pasado 21 de mayo había sido benefactor de un columnista que ocupó el pseudónimo de Nigromante, y que ahora duerme en una celda del penal de Tepexi de Rodríguez.

Era el dueño de antros que se nutren de chicas exóticas, en ropa diminuta, bebidas alcohólicas y otros placeres nocturnos para quien gusta de ese ambiente: Javier Milian, conocido en el mundillo de la política y el hampa, clientela que ha frecuentado sus negocios.

Fue la noche del 29 de mayo pasado cuando personal del área de Normatividad y Regulación Comercial del Ayuntamiento de Puebla cerró, por diversas irregularidades, uno de los establecimientos más emblemáticos del grupo, el 40 Grados, ubicado en la avenida 11 Sur y 15 Poniente.

Incrédulo primero y colérico después, el protegido del director del diario poblano en el que el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier Velazco, es socio, increpó al personal del área que participó en el operativo, acompañado de Guardia Nacional y militares.

La escena se repitió este fin de semana. Fue en otro de los negocios del empresario Millán, el Mamitas Club, que se puede ver desde el bulevar Juan Pablo II a la altura de La Hacienda, y que junto con el 40 Grados era frecuente ver que se publicitaba en anuncios espectaculares y hasta unidades de la ruta de transporte público sin rubor alguno, no obstante la población de educación básica circundante.

Entre la detención de Nigromante, el que duerme en el penal de Tepexi de Rodríguez, y a quien primero se le imputó el delito de extorsión y luego delitos de cuellos blanco, y la primera clausura, transcurrieron ocho días; para el segundo cierre, un poco más de un mes.

Algo dejó de funcionar para que ambos negocios de la vida nocturna fueran sujetos de revisión exhaustiva por autoridades municipales y Protección Civil; Seguridad Pública Estatal, Guardia Nacional y Defensa Nacional.

El empresario Millán construyó una red de relaciones que lo colocó como uno de los más permanentes interlocutores del poder. Por ejemplo con Fernando Manzanilla, desde que fue titular de Gobernación en el inicio de la gestión de Rafael Moreno Valle, aún a costa de la confianza de su clientela.

Al propietario de ambos centros nocturnos no lo importunaron ni con el pétalo de un extrañamiento durante los últimos cuatro trienios. Ni siquiera en el periodo de la pandemia que estalló en marzo del 2020.

Muchos prestadores de servicios se quejaron por la inconveniencia de tener que bajar la cortina debido al confinamiento decretado por el gobierno del estado para evitar una mayor crisis de salud por el Covid-19.

Menos Javier Millán, que decidió darle la vuelta a la ley con “fiestas privadas”, para lo que ofreció números de WhatsApp. Para el Mamitas Club: 22 21 33 33 03 y para 40 Grados: 22 25 66 09 01 y luego ofrecía hostess, música y drinks.

Mucho deberá extrañar este empresario al inquilino de Tepexi, que ya no alcanzará a influir para evitar la revisión del negocio de carnes de Huexotitla.

 

@FerMaldonadoMX