En la carrera por la sucesión, en Puebla hay mitos y realidades. De los perfiles que en diferentes partidos políticos han expresado, en público o en privado, sus aspiraciones se pueden resumir en una oración: de lo deseable, lo posible.
Y es que de acuerdo con una encuesta del despacho Indicadores SC, de Elías Aguilar, sólo dos de los competidores que reiteradamente han sido colocados en la antesala por la gubernatura tienen condición competitiva.
Se trata del presidente municipal de la capital, el panista Eduardo Rivera Pérez, y el presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado de la República, Alejandro Armenta Mier.
El primero de ellos tiene un 61 por ciento de conocimiento, 24 por ciento de potencial de voto, 25% de opiniones positivas y 25 por ciento lo prefiere como candidato a gobernador por la alianza PAN-PRI-PRD.
El segundo cuenta con un 57 por ciento de conocimiento, según el estudio demoscópico; 21 por ciento de potencial de voto, 21 puntos de opiniones positivas y 26 por ciento lo prefiere como abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional.
Lideran… en rechazo: Claudia Rivera Vivanco, con 48.7 por ciento de gente que dijo que no votaría por ella en caso de ser abanderada de Morena, y apenas un 14.3 sí sufragaría por ella; Ignacio Mier Velazco está en el sótano: 60 por ciento no lo conoce, 27.7 no le daría su voto y apenas 12 por ciento votaría por su persona.
La esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, tampoco sale bien librada: 43.5 por ciento dijo que no votaría por ella, 43.2 no la conoce y su potencial de voto es de 13.3 por ciento, lo que la coloca en una muy complicada posibilidad de competir.
En el fondo se observan a Jorge Estefan Chidiac, coordinador de los diputados del PRI; Melitón Lozano Pérez, secretario de Educación; Fernando Morales, líder del Movimiento Ciudadano; Nancy de la Sierra, senadora sin partido; Humberto Aguilar Coronado, diputado federal panista; Héctor Sánchez, presidente del Poder Judicial; y Sergio Salomón Céspedes, líder del Congreso.
Puntual, el estudio del consultor Elías Aguilar consistió en 800 entrevistas entre el 20 y 25 de junio de este año y el porcentaje de confianza es de 95 por ciento, con un margen de error 3.5 por ciento, según se observa en la vitrina metodológica.
La jornada electoral de 2024 no será un día de campo para el partido en el poder. De acuerdo con los datos, en la carrera presidencial cuenta con un 28 por ciento de la intención del voto; 20 por ciento posee Acción Nacional y 12 puntos el PRI.
Una eventual alianza entre Morena-PT-Verde alcanza en estos momentos 35 por ciento y el PAN-PRI-PRD 33 por ciento. Esto significa que entre las dos más importantes coaliciones existe un empate técnico.
La tabla de salvación para el grupo que aspira a retener el poder en la sucesión dentro de dos años es Andrés Manuel López Obrador, que cuenta con un índice de aprobación de 60 por ciento, contra un 28 por ciento que no está de acuerdo en la forma de ejercer el poder y el gobierno.
Si la encuesta es una fotografía del momento, es altamente probable que los indicadores y variables registren modificaciones mínimas y el escenario de hoy se consolide con el paso de los meses.