Curioso el caso de Andrés García Viveros, el excoordinador de la presidencia municipal de Claudia Rivera Vivanco: debe acudir a firmar cada quince días en un juzgado por su presunta condición de acosador sexual, pero ya está en la lista de los registros aprobados en el proceso de la renovación del Movimiento de Regeneración Nacional.

No sólo enfrenta un proceso penal que lo puso fuera de la responsabilidad pública en la gestión de la presunta defensora de las causas de las mujeres en mayo de 2021, sino que acaso se convierta en el primer colaborador del gobierno del exgobernador panista, Antonino Gali Fayad, en saltar al tren de la Cuarta Transformación.

Fue el consejero de cabecera de Rivera Vivanco que se tradujo en utilidades contantes y sonantes que la colocan muy lejos de sus orígenes, en el barrio de San Miguelito: las exclusivas Torres Nducha, de San Andrés Cholula, y un patrimonio mucho más abultado que el que había declarado en su 3de3 en 2018, con un millón 718 mil pesos.

García Viveros encarna todos los males que se traducen en desprestigio para la política en general y, en particular, para Andrés Manuel López Obrador y su credo que consiste en “no robar, no mentir y no traicionar”. Su crecimiento dentro de Morena obedece al oportunismo y compadrazgo en ese partido y a la omisión del equipo de Mario Delgado, el dirigente nacional.

En política sigue vigente una tesis que denota usos y costumbres, aún en tiempos de 4T y sus nuevos paradigmas: la forma es fondo.

En la madrugada del sábado, a hurtadillas como los ladrones, la dirigencia nacional de Morena hizo publicar dos diferentes listas de aspirantes a ser consejeros que luego deberán votar por quien conducirá a un partido en el poder, pero sin pies ni cabeza, por la obsolescencia de un personaje menor de nombre Aristóteles Belmont.

Como sucedió con el funcionario galista y presunto acosador sexual que enfrenta un proceso penal, también está en esa lista un hombre que desde noviembre de 2019 se encuentra en la cárcel en Tehuacán, Felipe Patjane Martínez, expresidente municipal por el presunto desvío de 120 millones de pesos del erario.

El aspirante a consejero estatal de Morena se convirtió en el primer cuadro de Morena en ser sometido a proceso penal, apenas unos meses después de que en un discurso había dicho que “Barbosa es una persona íntegra, transparente, que ha luchado toda su vida en contra de los abusos de poder (…); sí señores, hablo de mi padre político, Luis Miguel Barbosa Huerta”.

La sola inclusión de ambos personajes, probables primodelincuentes en las ambicionadas posiciones en el Consejo Estatal que se traducen en cuotas de grupo o parcelas de poder, enturbia el proceso que se vivirá el próximo sábado 30.

El sábado 16 de julio, los aliados del coordinador de los diputados de Morena ofrecieron una estampa que puede ser premonitoria de lo que sucederá en esa fecha.

La violencia desatada para imponer por la fuerza lo que no se ha podido obtener a través de los mecanismos partidarios de la llamada Esperanza de México.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx por Fernando Maldonado