El senador por Puebla, Alejandro Armenta Mier, está por convertirse en estos días en el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.

Varias señales sugieren que quien también es presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público será nominado, a despecho de su su compañero de bancada en Morena, el zacatecano José Narro Céspedes.

La de mayor significancia es la campaña de lodo que Narro decidió enderezar contra su coterráneo, el también aspirante a la candidatura presidencial por Morena y líder senatorial, Ricardo Monreal Avila.

Como el condenado al paredón que no tiene ya nada que perder frente al pelotón de fusilamiento, criticó abiertamente el gasto público que ejerce Monreal en la cámara senatorial.

Señalar dispendio de parte del líder de la bancada morenista en el Senado lo coloca como un frívolo usufructuario del dinero público en momentos en que aún se discute sobre la pobreza franciscana que invocó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Eso lo sabe Narro Céspedes y de ahí viene el desquite por no haber operado el consenso que se requiere en el interior de la Cámara Alta, como ya ha sucedido con el poblano.

Ejemplos de ese desencuentro entre los dos senadores zacatecanos en momentos decisivos, es la publicación general sobre el supuesto dispendio que el equipo de Monreal Avila ejerce.

El nado sincronizado en los medios para cuestionar la ausencia de la racionalidad en el gasto público se cuenta en líneas en notas periodísticas, _cursivas_ en columnas o notas de primera plana.

Una filtración atribuida al rival de Armenta Mier por la Mesa Directiva fue llevada a la nota de ocho columnas en un medio capitalino bajo la cabeza “Casi $1 millón al mes gana la élite”. El despecho y la venganza política suelen operar así: rompan todo cuando ya las posibilidades de alcanzar el otro escalón, han terminado.

El periodista Álvaro Ramírez, avezado en la cobertura de la fuente legislativa anticipó en el programa ParabolicaTV el martes 2 de marzo que la decisión recaería en Armenta Mier y delineó un perfil poco confiable respecto de Narro.

En política no hay cábalas que apliquen. Encontrar una similitud entre el contexto y circunstancia que envolvió a Miguel Barbosa cuando ocupó la misma responsabilidad en el Senado de la República para luego convertirse en abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia en Puebla es diametralmente diferente.

Al senador Barbosa se le atribuye haber persuadido a la mayoría de los senadores del Partido de la Revolución Democrática haber mutado al obradorismo y dejar atrás el partido que ahora es sólo entelequia en el sistema de partidos.

Armenta Mier podría convertirse en el hombre fuerte del Senado en la semana próxima, pero una cosa no lleva a la otra por que son dos vías que corren en paralelo.

Ocupar el poderoso encargo legislativo no es sinónimo de tener un pie en la candidatura al Gobierno de Puebla, pero algo habrá ganado en el imaginario. Prudencia y constancia serán valores que deberá tener presentes.

 

@FerMaldonadoMX