La oposición dentro del Movimiento de Regeneración Nacional tiene fecha de caducidad. El estertor de quienes decidieron jugar a las fuerzas con el grupo del gobernador Miguel Barbosa, libran la última batalla.

No habrá marcha atrás, y en tres semanas más entrará en funciones el renovado Consejo Estatal del partido dominante en el país y en el estado, con sus 150 miembros, de entre los cuales, la mayoría está identificada con el mandatario.

Los alfiles que fueron postulados por Ignacio Mier Velazco, coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro; el director de Evaluación de Programas Sociales de Bienestar, Rodrigo Abdala Dartigues; y la expresidenta municipal de la capital, Claudia Rivera Vivanco, fueron vencidos, como ya se ha documentado con solvencia en los últimos días.

Y como la popular frase: “Jalisco nunca pierde, y cuando pierde, arrebata”, el conjunto de cabezas de grupos contrarios pretenden, de última hora, reventar la sesión del próximo sábado, para la instalación del órgano de dirección entre cuyas responsabilidades, están la de decidir las candidaturas para la elección en 2024.

La posibilidad de que los recursos de impugnación prosperen antes del próximo 20 de agosto, fecha prevista para la asunción del nuevo órgano partidario está agotada, de ahí que los organizadores del cónclave deberán disponer candados, como la acreditación para ingresar al inmueble previsto para la toma de protesta del Consejo, en un sitio aún por definir.

Lo que pareció una alta expectativa, la probabilidad del cambio de género para abrir a una mujer la dirigencia estatal se diluye. Será un hombre, como lo determinó el partido a nivel nacional y ocurrirá en la mitad del país, mientras que en la otra, será mujer. Paridad obliga.

La superioridad numérica de los cuadros morenistas identificados con Miguel Barbosa que alcanzaron un asiento en el Consejo Estatal cierra toda posibilidad de que el bloque contrario tenga acceso a la dirección estatal de Morena, aún en manos de un advenedizo como Aristóteles Belmont.

Agazapados, pero ostensiblemente notorios al escrutinio de los conocedores de la vida interna de Morena, están los enviados de los grupos antibarbosistas: Iván Camacho, David Rivera, Cesar Addy y Fernando Pastor, entre otros, esperarán pacientes para el asalto el día de la sesión de fin de semana.

Un indicador del escenario previsible es el silencio y calma que se vive en la trinchera contraria. El grupo del secretario de Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla, como Araceli Cortés, Oscar Negrete y Héctor Vivanco decidieron por una conducta menos notoria, pero no menos combativa.

A estas alturas del proceso, los fundadores del movimiento obradorista deben saber y entender que la partida está ganada: el oportunismo y la conducta poco ética de quienes operaron el asalto al partido, al que el propio Biestro contribuyó para su fundación, no tendrá posibilidad alguna en la toma de decisiones a partir de la fecha que determine el Comité Nacional. Lo que no está fuera de duda es el padrón renovado y depurado con el que Morena irá a los procesos internos de 2024 en el territorio estatal, que supera los 100 mil militantes.

La abultada participación permite prever que la oposición tendrá en 2023y 2024 un rival difícil de vencer. Sus cuadros dirigentes podrán decir: consummatum est.

 

@FerMaldonadoMX