El Enafin reportó que las empresas mantienen la preferencia en el uso del efectivo para sus gastos y pagos.

A pesar de que durante la pandemia se potenció el uso de tecnologías, en las empresas prevaleció la preferencia por el uso de efectivo como medio para realizar sus gastos y pagos, registrando un crecimiento de 65.3% desde 2017 a 69.5% para 2020, según revelaron los resultados de la Encuesta Nacional de Finaciamiento de las Empresas (Enafin).

«La preferencia sobre el uso de efectivo ha sido un factor que afecta a las cuentas de déposito y también inhibe a utilizar los medios electrónicos para el cobro con tarjetas, principalmente, entre las micro empresas, lo cual podría frenar su inclusión hacia otros productos financieros y evita la generación de un ecosistema financiero en donde tanto la clientela como las empresas se beneficien de una mayor variedad de opciones para sus operaciones», apuntó Jesús de la Fuente Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Pese a la preferencia del efectivo, se observó un retroceso en la negativa de las empresas para aceptar pagos con tarjetas, pasando de 64.8% de unidades económicas que no recibían pagos con mediante un plástico durante 2017, a 54.6% para 2020. Es decir, avanzó la aceptación de dichos métodos de pago.

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Entre los factores por los cuales las empresas argumentaron para no aceptar pagos con tarjetas durante 2020, destacó que el 29.4% prefería efectivo, el 21.8% señaló que se trataba de montos pequeños y el 18.8% refirió costos altos por aceptar pagos con mediante el plástico.

Pandemia obligó a impagos al 30.2% de las empresas

Como parte de las consecuencias por la pandemia por Covid-19, el 30.2% de las empresas se vieron obligadas a realizar una reconfiguración en sus acciones financieras, entre las que destacó impagos, negociaciones y cancelaciones en sus financiamientos.

De la casi tercera parte de las unidades económicas que reconoció haber emprendido acciones financieras por la contingencia de Covid-19, un 60.7% indicó que no pagó a sus proveedores por la ausencia de ingresos; un 44.8% pagó cargos moratorios por atrasos; y un 16.8% no cubrió el monto de los créditos.

LV

 

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