En las próximas horas la empresa especializada en la contratación de espacios publicitarios Régie T deberá responder a un extrañamiento del ayuntamiento de Puebla por la colocación en mobiliario urbano de una campaña con el rostro sonriente de un político que mutó del pasado priista al presente, en el barco de la Cuarta Transformación: Ignacio Mier Velazco.
En el imaginario deberá estar la duda si es que una firma con la solidez de la que fue contratada por el equipo del coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro era ignorante de las disposiciones del Código Reglamentario de la ciudad capital.
En el artículo 773 fracción XXII se establece, con claridad, sin subjetividades ni interpretaciones que “no se permitirá ningún tipo de anuncios de propaganda política en el Centro Histórico, áreas patrimoniales y monumentos”.
En política lo que parece es, esa es una máxima vigente aún en tiempos de la Cuarta Transformación. Mier Velazco está habituado a la simulación y en los límites de la legalidad, según se puede desprender de sus dichos y acciones en la más reciente etapa de su actividad pública.
Decidió emprender una campaña de posicionamiento en quioscos y paraderos con una imagen de su persona, con esa fingida sonrisa acompañada de una frase engañosa por insostenible para quienes conocen su derrotero en la esfera pública: “liderazgo que transforma”.
Como otros políticos de la Cuarta Transformación, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, o su compañero de bancada en Veracruz, Sergio Gutiérrez Luna, el poblano extiende la práctica que en Puebla tuvo su mejor época con el régimen del panista Rafael Moreno Valle.
Ese grupo político rapaz que se adueñó del Partido Acción Nacional, con quien el propio morenista de ocasión tuvo tendidos puentes a través de su socio, el imputado de diversos delito y huésped del penal de Tepexi de Rodríguez, Arturo Rueda.
El chocante culto a la personalidad a través de propaganda callejera, con su rostro en primer plano, dispendio de dinero público o de sospechosa procedencia y el usufructo del espacio público para fines de posicionamiento, sin ingenio ni creatividad.
El coordinador de los diputados ratifica a cada momento su condición: símbolo incontrovertible de la época en la que aplicó un modelo de hacer política barata para alcanzar posiciones, consolidar cotos o desplazar por la mala a los adversarios.
La contratación de la empresa Régie T para el inicio de la campaña llega en momentos en que volvió a ser exhibido como un deficiente constructor de consensos -ya lo ha sido por la falta de resultados en la Cámara Baja-, en la composición del Comité Ejecutivo de Morena.
No termina aún de lamerse las heridas por el más reciente fracaso obtenido con sus socios de aventura, entre quienes se encuentran las Vivanco, con Claudia, la expresidente municipal; la frustrada aspirante a la dirección de Morena en Puebla, Mayté; y la madre de ambas, Eloísa, responsable de la Comisión de Honestidad, cuando apenas obtuvieron nueve votos para pelear la dirigencia.
En el PRI, como en Morena, Mier ha sido un deficiente activo que sólo ha podido desempeñar funciones administrativas como en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y en el gobierno municipal con su otro socio, Enrique Doger.
@FerMaldonadoMX