Podríamos señalar otro mal trabajo del árbitro mundialista César Arturo Ramos Palazuelos en el Atlas vs Puebla ya que no se atrevió a expulsar por doble amarilla a Ozziel Herrera por una falta sobre Maxi Araújo todavía en el primer tiempo, no fue capaz de ir a revisar el VAR para analizar si el cabezazo de Martín Barragán repelido por Anderson Santamaría había traspasado la línea de gol (como parece) y luego no fue capaz de expulsar al zaguero peruano por su artera entrada sobre el propio Araújo que obligó a la salida del jugador poblano, sin olvidar que sí fue al VAR para analizar si un movimiento del brazo de Barragán con Santamaría era para sacar la tarjeta roja pero en contra de lo que pide FIFA (el VAR no está para sacar amarillas) decidió amonestar al Camotero; pero lo que habría pasado si Ramos Palazuelos hubiera actuado con más criterio entra en el terreno de las suposiciones (nadie sabe si así el Puebla hubiera ganado) y a mí me enseñaron que el periodismo no debe asumir, ni suponer porque trabaja con hechos reales https://www.youtube.com/watch?v=L0nRBGKI_DM.

Hay varios hechos reales que se intentarán explicar en las próximas líneas, hechos reales que dependen del Puebla y que varios de ellos, hasta el momento, ha sido incapaz de solventar para sacar resultados que “merece”, más allá de decisiones puntuales de un árbitro enfermo de prepotencia pero que está fuera del área de control de Nicolás Larcamón y sus jugadores: Luego de los triunfos de Chivas y Querétaro, el Puebla de la Franja ya tiene la mala racha más larga del futbol mexicano con ocho juegos sin ganar, de los cuales se han empatado siete y ha perdido uno; en las igualadas ante León, Necaxa, Toluca, San Luis y ahora el Atlas hizo un trabajo sobre la cancha suficiente para ganar los juegos pero su falta de eficacia en las dos áreas (la propia y la contraria) evitaron un mejor resultado, mientras que en los empates frente a Cruz Azul y Tijuana alternó momentos muy buenos con pasajes de muchas dudas y finalmente en el descalabro en Monterrey sí fue superado por los Rayados.

Los datos no dejan lugar a dudas en los partidos ante León, Cruz Azul, Toluca, Necaxa y ahora Atlas el Puebla ha tenido la ventaja en el marcador y la ha perdido, la mayoría de esas veces por desconcentraciones en pelotas paradas en contra, un problema que pesó en la única derrota hasta el momento en Monterrey; es decir, el cuerpo técnico del equipo y los jugadores no han sido capaces de solucionar sus fallas en táctica fija y lejos de mejorar el problema se agrava porque cada balón al área camotera genera sensación de peligro y aunque no se recibió gol por esa vía frente a los Rojinegros, hubo varias acciones en que los locales se asomaron por esa vía ante la desesperación de Antony Silva.

Otro hecho real es que esta mala racha ya bajó al equipo camotero al noveno lugar de la tabla tras iniciar dentro de los cuatro primeros; es decir en este momento iría a la reclasificación para jugar como visitante ante el Tijuana, escalar posiciones se empieza a complicar porque América y Santos Laguna ya están a tres puntos y esos equipos son cuarto y quinto lugar de la tabla, respectivamente. También la plaga de lesiones es un hecho real que ha tenido que resolver Nicolás Larcamón y ahora es probable que la lista crezca con Araújo quien dejó el juego contra Atlas con mucho dolor y entre lágrimas luego de la plancha por la espalda de Santamaría.

Estos son los hechos reales: Una escuadra que no sabe manejar las ventajas que ha conseguido, que sufre en los balones aéreos ya sea en pelota parada o en una acción regular, que no ha sido contundente de cara a la portería contraria para establecer ventajas más holgadas o para recuperarlas una vez que las ha perdido.

El sábado ante el bicampeón, el defensor uruguayo Gastón Silva (quien reaparecía tras su segunda lesión del curso) dio un  paso al frente y ofreció su mejor juego con la playera poblana ya que incluso apoyó al ataque con criterio y de un centro suyo nació el gol tempranero de Barragán, ese es el nivel que se le pide a un futbolista que llegó para fortalecer la plantilla, que muchos identifican con más condiciones que Juan Pablo Segovia pero que hasta el momento no había justificado esa confianza de un sector del público poblano; pero tras el gol el Puebla fue incapaz de volver a hilvanar jugadas ofensivas y quedó a merced del estilo rojinegro: Llevar el balón a Quiñones y Furch, además concedió muchas faltas y por ende balones parados, sin jugar bien y con algunos sobresaltos el equipo de la Franja empezó a respirar cerca del final del primer tiempo cuando se produjo la acción de Herrera sobre Araújo, el disparo al travesaño de Diego de Buen (ahora jugando como contención) cuyo contrarremate fue repelido con el pie por Camilo Vargas si bien es cierto que da la impresión de que Araújo y Cortizo se estorbaron y por ello el nuevo disparo salió a la colocación del colombiano, luego pintó un contragolpe que daba la impresión que de cuajar podía llevar mucho peligro ante Vargas pero el pase de Iván Moreno a la izquierda fue cortado y de ahí salió un pelotazo donde Israel Reyes se confió y lo dejó pasar para que Julián Quiñones aprovechara ante la salida de Antony Silva y empujara el balón tras un rebote entre el propio Reyes y Santamaría, agregado al ataque; otra ventaja perdida, otro gol en contra en los últimos minutos del primer o segundo tiempo, otro gol por un corto circuito en la atención de los jugadores.

Aquí conviene hacer un alto en el camino y destacar dos puntos. El cuadro bajo del Puebla se ve nervioso, ya no muestra la misma fiabilidad de campañas pasadas como si el hecho de estar fallando en la táctica fija también vaya mermando la confianza de los defensores ya que hay acciones en las que se están precipitando; en ese sentido, Israel Reyes ya van dos o tres juegos en los que se ve más presionado, no tuvo un buen juego contra Necaxa ya que los delanteros de los Rayos lo superaron en algunas acciones y el sábado se equivocó en el gol rojinegro. Diego de Buen ha rendido a gran nivel en esta campaña como líbero, pero el sábado como contención hubo momentos en el primer tiempo en que no podía hilvanar con Mancuello y aunque sea una opinión impopular el hecho de rotar a Israel Reyes quien inició el torneo en la media, dejar solo a Mancuello o ahora colocar a De Buen en la contención demuestra que defensivamente el Puebla extraña a Javier Salas quien comprendía perfectamente los momentos de presión que pide Larcamón.

Pese al gol en contra para cerrar el primer tiempo, el estratega argentino supo recomponer sin necesidad de mover mucho y fue el Puebla el que dictó condiciones con un gran Jordi Cortizo, con un Iván Moreno participativo y que está alternando momentos de mucha lucidez de media cancha hacia tres cuartos pero que se sigue equivocando en la elección de la jugada en el último tercio, sin embargo, hay que destacar que el oriundo de Puebla combina bien con Cortizo y con Mancuello y que parece sólo necesita encontrar confianza para hacer que su juego pese más; precisamente la figura de Moreno debe ayudarnos a explicar que a este Puebla le falta una pizca para trascender, esa decisión de Moreno, la falta de comunicación entre Araújo y Cortizo para rematar una pelota perdida en el área tras pegar en el travesaño, esa duda de Reyes, los problemas en la táctica fija son los “pequeños márgenes” de los que habló Larcamón en la conferencia de prensa tras el juego, pero que son los que evitan la verdadera trascendencia de un proyecto que ha recuperado el orgullo y el interés en el Puebla de la Franja pero que además ya también pesan en lo numérico porque están sacando al equipo de zona donde puede ser local al menos en la recalificación.

Bajita la mano el torneo ya ha sobrepasado la mitad de su calendario al equipo de la Franja le restan siete juegos, varios de ellos muy duros pero con una buena noticia ya que de los siete partidos que restan cinco son en calidad de local: El viernes se recibe a Juárez en un duelo directo ya que los fronterizos de Hernán Cristante ocupan el décimo primer puesto de la tabla con once puntos por trece de los Camoteros y también son muy propensos al empate, luego se visita al Querétaro el 1 de septiembre (un  día después del inoportuno México vs Paraguay que no es fecha FIFA), se recibe al Pachuca el 7 de septiembre, para visitar a las Chivas el 10 en lo que parece puede ser otro duelo directo ante el posible despertar tapatío y luego habrá tres duelos consecutivos en el Cuauhtémoc ante Tigres el 16 de septiembre, el pendiente contra Pumas el 23 (durante el transcurso de la última fecha FIFA previa al Mundial), y cerrará el 30 frente a las ahora enrachadas y goleadoras Águilas del América; cinco de siete partidos para cerrar se jugarán en casa lo que puede ayudar al equipo para tener un buen cierre pese a la dificultad de los rivales, pero para ello, el duelo del viernes para el Puebla es de vital importancia por lo que está obligado a la victoria.

No se puede hacer mucho para mejorar el pobre nivel del arbitraje mexicano, pero sí está en las manos del Puebla apretar las tuercas para evitar más distracciones defensivas, para mejorar en la fiabilidad al atacar los balones aéreos en contra, para mejorar en la táctica fija, para ser más contundente en la portería contraria y para encontrar cierta tranquilidad que permita a sus jugadoras tomar  mejores decisiones en la cancha. El Puebla es un equipo muy intenso y es parte de la identidad que Larcamón ha construido pero hoy requiere que sus jugadores más talentosos den un paso al frente para dar una pequeña pausa y encontrar mejores soluciones en los partidos. Los pequeños márgenes de los que habla el timonel argentino son los que evitan la trascendencia, los pequeños márgenes se pueden corregir, es decir en su mayoría dependen del cuerpo técnico y jugadores del Puebla, pero si no se ajusta los pequeños márgenes se pueden convertir en lozas muy pesadas y esta que cargan los jugadores poblanos ya empieza a pesar.

@abascal2