No ha cumplido Rodrigo Abdala Dartigues una quincena al frente de la Delegación de Bienestar y los programas insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador ya son un desastre, que afectan a miles de beneficiarios.

Según la tesis de algunos medios, llegó de vuelta para iniciar la operación política en favor del aliado de ocasión, Ignacio Mier Velazco, el más antipático activo que tiene Morena para el 2024, pero en menos de 12 días lo que ha cosechado el delegado es enojo y frustración.

Cientos de adultos mayores, el segmento social por el que apostó la Cuarta Transformación y en donde descansa la mayor base electoral del grupo en el poder, resintió la semana pasada por partida triple.

Hubo fallos en las tarjetas plásticas en las que se les deposita el apoyo para el bimestre septiembre-octubre; el sistema bancario les retuvo dinero cuando intentaron disponer lo recibido y el único cajero del llamado pomposamente Banco del Bienestar presentó fallas.

Doña María Hernández acompañó a su madre para poder retirar el efectivo que el gobierno de López Obrador deposita cada dos meses, sin éxito. “Nada más le aparecen 34 pesos; o sea, ayer que venimos a checar (en el cajero que se localiza en la avenida Reforma), no ha cobrado nada, entonces ¿dónde está el dinero? ¿Si no ha cobrado nada, dónde está el dinero?”.

Orondo, ufano escribió en su cuenta de Facebook escribió el 1 de septiembre que “este día inició el proceso de transición en la Delegación de Programas para el Desarrollo de Puebla”, y agradeció “de todo corazón a quien lo había sucedido en el cargo en agosto de 2021.

En mala hora salió Abdala Dartigues de la Dirección de la Unidad de Planeación y Evaluación en la Secretaría de Bienestar, por el manejo deficiente de la dependencia que sólo en los municipios de la zona metropolitana, como Puebla, San Andrés, San Pedro y Amozoc, atiende a 359 mil 589 beneficiarios, según se desprende del IV Informe del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Frente a la abulia del flamante delegado, el reclamo legítimo de los usuarios de los programas con los que el equipo del presidente y su partido hacen propaganda pantanosa e imprecisa por el transcurso de los últimos días.

Doña Pilar Díaz, otra de las beneficiarias que enfrenta el resultado de un trabajo deficiente de la Delegación que comanda el improvisado responsable, reclamó con enojo.

“Los bancos donde siempre depositaban el dinero, ninguno está dando, no acepta la tarjeta (de Bienestar), la está rechazando y se supone que habían depositado desde el 2 de septiembre; hemos ido a todos los bancos, Bancomer, HSBC, Banamex y nos dicen ¡que no! Hay problemas con las tarjetas de Bienestar”.

Las mañanas de la semana del 5 al 9 de septiembre, todas sin excepción, están pobladas de señoras y señores en edad avanzada, unos llegan en sillas de ruedas, bastón o en andaderas desde las 6 de la mañana.

No importa si las condiciones de clima son extremosos, del frío a la lluvia, titubeantes por las condiciones precarias de salud y económicas llegan a la búsqueda de un dato, una nueva esperanza sobre el destino del dinero que provee la gestión que ha repetido, por dónde sea, “primero los pobres”, mientras el delegado Abdala Dartigues tendrá seguro el depósito de su quincena.

¿Dormirá tranquilo?

 

@FerMaldonadoMX