El sometimiento que el Movimiento Regeneración Nacional logró del PRI tiene varios componentes, pero sin duda uno muy importante, incluso por encima de la impunidad que conseguirá su dirigente, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, es el cálculo aritmético de que ya es imposible, siquiera suponer, que se le puede competir la Presidencia de la República, al actual régimen.
La imagen del llamado “Alito”, jalado de la nuca por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, como símbolo de dominación completa, es una gráfica muy clara de lo que ha ocurrido.
En las últimas tres semanas, el tricolor cambió literalmente de bandera y de bando.
Se sometió al Presidente de la República y a su partido.
Con una iniciativa, que era innecesario que presentara, se sumó a la intención y línea de López Obrador de que la seguridad pública siga en manos de las Fuerzas Armadas. Es un tema con el que, particularmente, se puede estar de acuerdo, pero ese es otro debate.
Aquí el tema es que el PRI se ofrendó. Fue una entrega total.
No es raro. En su vocación colaboracionista, que bien aprendió años atrás, desde el foxismo, supo acomodarse en un lugar de servilismo ante el poder en turno.
Por supuesto, eso beneficia a “Alito”, quien ya no será desaforado, ni será llevado a tribunales por los presuntos ilícitos que ha cometido.
El Revolucionario Institucional (PRI), sus dirigentes, sacaron la calculadora y se dieron cuenta de que no hay manera de que, incluso sumado al PAN, al PRD y hasta en el poco probable escenario de la adición de Movimiento Ciudadano (MC), se gane en la Presidencia de la República. Además de que con toda seguridad, el candidato o candidata lo impondría Acción Nacional (PAN).
Hay quienes dicen que falta mucho para las elecciones. En realidad solamente faltan unos 14 meses, para la definición de las alianzas y el arranque formal del Proceso Electoral 2023-2024.
Todas las encuestas ponen a Morena muy por encima del bloque opositor, incluido Movimiento Ciudadano.
En promedio, unos 14 a 15 puntos le saca Morena en solitario, sin el PT y sin el Verde, a sus opositores.
Los apoyos clientelares, a través de becas y pensiones, van a crecer el próximo año. Con ello crecerá también la base electoral del lopezobradorismo en todo el país.
El Presidente no solamente se mantiene en sus niveles de popularidad, sino que además los incrementa.
Aquellos que dicen que falta mucho, tampoco presentan una estrategia de cómo achicar esa ventaja que tiene Morena, en los próximos 15 a 20 meses; lo que se ve imposible. No hay forma.
No habrá alternancia en 2024 Y eso es un asunto definitivo.
Nada puede ser tan dramático y tan estremecedor, como para que la oposición revierta la ventaja que tiene Morena.
Su estrategia de descalificación diaria del Presidente y de Morena no ha funcionado.
En conclusión, la sumisión del tricolor tiene ese elemento en su cálculo.
Han caído los dirigentes priístas en la cuenta de que ya no conviene la alianza con el PAN, el PRD y, ni siquiera una hipotética con Movimiento Ciudadano.
Es mejor la sumisión para la sobrevivencia. La alianza no le garantiza esta. Es más probable que, si sigue en Va por México y sus ediciones estatales, el PRI desaparezca.
Los números son fríos y catastróficos.
@Alvaro_Rmz_V