En el último año los precios de la papa y la cebolla en la Ciudad de México crecieron 100% y 153%, respectivamente, y mientras el Gobierno lo atribuye a factores externos, el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) dice que también influyen los márgenes de comercialización.
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El miércoles el titular de Profeco, Ricardo Sheffield, declaró que ambos productos son “el principal dolor de cabeza” del Gobierno.
Aunque la guerra en Ucrania influye por el incremento en los precios de fertilizantes y energéticos, en el caso de la papa y la cebolla los intermediarios en México pesan, además existe un factor de estacionalidad, apuntó Fernando Cruz, socio de la consultora.
Dijo que si bien el kilo de cebolla pagada al productor subió de cinco a 11 pesos, el precio al que lo ofertan quienes trasladan el alimento a la Central de Abasto sube hasta 20 pesos. Posteriormente, en la central se vende en 25 pesos, y de ahí a los mercados o tiendas de autoservicio llega a los 35 pesos.
“La autoridad está dejando de hacer su chamba porque no está vigilando la cadena. El productor no es el que encarece, el productor probablemente es quien menos dinero se lleva dentro de la cadena”, afirmó.
Entre septiembre de 2021 al actual mes, el kilo de papa pasó de 20 a 40 pesos, mientras que el kilo de cebolla pasó de 15 a 38 pesos.
Ambos son genéricos que forman parte de la inflación no subyacente, aquella que incluye bienes y servicios cuya variación de precios es volátil debido a fenómenos naturales, el comercio internacional o decisiones gubernamentales.
De acuerdo con el Inegi, ambos productos tuvieron en la primera quincena de septiembre los mayores incrementos a tasa anual dentro la inflación no suyacente, con 87.26% para la cebolla y 80.85% para la papa y otros tubérculos.
LEG