Esta semana comienza en Puebla el Congreso Internacional de Derechos Humanos que del 28 al 30 congrega a especialistas, activistas e investigadores en la materia en el Centro de Convenciones de la capital.

La celebración de este encuentro casi coincide con el octavo aniversario de la más triste historia del México contemporáneo en que 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Manuel Isidro Burgos en Iguala, Guerrero fueron levantados, torturados y muertos por un grupo de matanceros al servicio de un grupo criminal que se popularizó para mal, con el nombre de Guerreros Unidos.

El aniversario de ese expediente que bien podría llamarse con verdad irrefutable como “La noche triste” ocurre este lunes y aún ofrece ángulos novedosos y reprochables como las conversaciones vía WhatsApp que la periodista Peniley Ramírez publicó en su cuenta de Twitter este sábado.

El hilo en esa red social desató la condena del Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas. Es quizá la mayor y más precisa aproximación de lo sucedido con los jóvenes que un día salieron a “botear” para financiar el viaje a la Ciudad de México en la conmemoración de otra matanza estudiantil el 2 de octubre de 1968, hace 54 años en la Plaza de las Tres Cultura en Tlatelolco.

De acuerdo con el Informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa se aprecia un esquema que permite recrear la noche de ese 26 de septiembre con 467 capturas de pantalla de teléfonos móviles, 37 conversaciones de cinco teléfonos de donde extrajeron los mensajes en los que se distingue a 36 actores directos y 35 más que de manera incidental son mencionados.

Entre los 43 jóvenes participaba César Manuel González “El Panotla”, de 19 años y originario de Huamantla, en Tlaxcala, cuyo padre, don Manuel González apenas tuvo tiempo de responder algunas preguntas a este reportero antes de entrar a una de las reuniones de la Comisión de la Verdad en la Secretaría de Gobernación, previa a la conmemoración del sexto aniversario.

La voz de don Manuel, como la de otros padres y madres que han perdido a hijas, hijos o familiares en contextos de violencia encerraba dolor y tristeza… pero también esperanza porque comenzaba una nueva era con Andrés Manuel López Obrador.

En noviembre de 2014 la Marina Armada buscó en Lomas de Angelópolis al ex edil de Iguala José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, señalados directamente de ser autores intelectuales del atroz crimen. Luego fueron capturados en la Ciudad de México.

El cónclave de especialistas en materia de defensa y promoción de garantías individuales permitiría conocer las opiniones de Olga Sánchez Cordero, ex secretaria de Gobernación; Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la CNDH; Sergio García Ramírez, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; y Guillermo Fernández Maldonado, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos.

Nadie se podrá sustraer a un ángulo oprobioso: la presumible protección del ex presidente Enrique Peña Nieto a los presuntos autores intelectuales de la matazón de los 43 normalistas, como se menciona en las conversaciones del Informe de la Comisión de la Verdad.

“El pendejo de EPN mandó a su sirviente Tomás Zerón (ex titular de la Unidad de Investigación Criminal) a dar una solución que me la paso por los huevos (…) que en un dado caso pida mi licencia y me desaparezca (…) van a crear una historia muy realista apara que ya se calle esta pinche gente”.

 

@FerMaldonadoMX