La propuesta obtuvo 143 votos a favor, incluido el de México, cinco en contra (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria) y 35 abstenciones, entre ellos, China, Bolivia, Argelia, Pakistán, Honduras o Malí.
Titulado “Integridad territorial de Ucrania: defensa de los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, el texto declara que “los actos ilícitos” —en referencia a los referendos que realizó Rusia en Donetsk, Jersón, Lugansk y Zaporiyia, del 23 al 27 de septiembre— “no tienen validez alguna (…) ni sirven para modificar de ninguna manera el estatuto de esas regiones en Ucrania“.
En este sentido, “exhorta” a los estados, organizaciones internacionales y organismos especializados de la ONU a que “no reconozcan ninguna modificación del estatuto” de estas regiones y “exige” a Rusia que “revoque inmediata e incondicionalmente sus decisiones”, ya que “constituyen una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania y son incompatibles con los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
Asimismo, le pide “que retire de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente”.
Con esta resolución, los occidentales, encabezados por Estados Unidos, buscaban demostrar el aislamiento internacional del presidente ruso, Vladimir Putin, a siete meses del inicio de la guerra en Ucrania.
“Lo que está en juego en este conflicto es claro para todos, y el mundo ha enviado un claro mensaje en respuesta: Rusia no puede borrar del mapa a un Estado soberano”, declaró el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado publicado por la Casa Blanca.
“Rusia se ha aislado ella misma. Rusia es la única que puede parar el sufrimiento. Es hora de terminar la guerra ya”, concluyó la embajadora británica Barbara Woodward tras la votación.