Recientemente las londinenses Anna Holland y Phoebe Plummer llamaron la atención del mundo después de haber lanzado sopa de tomate enlatada a un cuadro del famoso pintor Vincen Van Gogh en forma de protesta.

El acto en contra de la famosa obra, “Los Girasoles” de 1888 les valió comparecer el pasado sábado ante un tribunal británico donde finalmente fueron puestas en libertad bajo fianza.

Ambas ecologistas pertenecen al colectivo de activistas “Just Stop Oil” -Detener el petróleo ya – y su “misión” es hacer ese tipo de actos, ante esto, Phoebe ya ha salido a explicar su actuar.

“Quiero dejar una cosa perfectamente clara, nosotras no dañamos la pintura (…)  Estaba detrás de un cristal, nunca habríamos considerado hacer la acción si podíamos hacer daño a la pintura”, comenzó diciendo la joven.

Durante la vandalización de la pintura, fue la propia Plummer quien gritó “¿Qué nos preocupa más, la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y la gente?”.

Ahora se sabe que la pintura se encuentra en perfecto estado, únicamente se vio afectado el marco, lo que la activista calificó como un “daño mínimo que es reparable”.

¿Por qué lanzar sopa a Van Gogh?

La activista dejó en claro que sabía que habían realizado una “acción ridícula “, sin embargo, el punto de esta no era hacer que la gente eligiera entre la sopa o el arte, sino buscar “que  la gente hable” sobre el cambio climático y sus afectaciones.

La chica también cuestionó las acciones de Liz Truss, la primera ministra del Reino Unido. “¿Está bien que los combustibles fósiles estén más subvencionados que las energías renovables? (…) ¿Está bien que la gente tenga que escoger entre calentarse o comer?”

En cuanto a la pintura elegida, retomó la baja situación económica que vivía Van Gogh pues era “increíblemente pobre” y aseguró que en la actualidad él sería una de las personas que tendría que escoger entre comer o calentarse.

Finalmente explicó que este tipo de acciones se realizan para obtener la atención de los medios y poder seguir hablando de estos temas que su organización considera urgentes.

“No nos queda tiempo. Lo que hagamos en los próximos tres o cuatro años determinará el futuro de la humanidad”, aseguró.

Plummer también remarcó que la historia demostraba que estas protestas “funcionan” y que todos los privilegios que gozaba actualmente como ir a la universidad o poderse casar siendo una mujer querer se debían a las persona que “lucharon” en el pasado.

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