La noche del 1 de noviembre el panteón de Xochitlán Todos Santos, se vistió de gala con la visita de vivos y muertos que con música y comida celebraron esta tradición mexicana.

Los pobladores acudieron a limpiar las tumbas de sus seres queridos y esperaron su llegada con una gran baile popular donde la música del mariachi, marimba y hasta grupos norteños se escucha en todos los rincones.

A las 21:00 horas los sepulcros fueron bendecidos durante una misa y con ello comenzó “la noche que nadie duerme”, pues los vecinos ahí se quedan hasta el 2 de noviembre, Día de Muertos.

A las 06:00 horas, el sacerdote llega a oficiar la Misa de Gallo.

Las familias llevan atole, café, tamales y cualquier otro alimento para cenar con “sus muertitos”.

Mientras que las flores de cempasúchil y terciopelo lucen en las tumbas, junto con alguna bebida alcohólica u otra comida que les gustaba en vida.

Como si fuera una fiesta patronal, afuera del panteón hay puestos de comida y negocios que ofrecen mezcal, tequila y cervezas para brindar en esta noche especial.