En la última decisión de política monetaria de 2022, Banxico aumentó en 50 puntos base su tasa de referencia para ubicarla en 10.50%, lo que representó una desaceleración en el ritmo de subidas que se venían observando en las últimas cuatro reuniones de la institución, en las que optó por incrementos de 75 puntos base.

La entidad encargada de controlar la inflación adelantó en su anuncio de ayer que hará un nuevo aumento a su tasa en la próxima reunión de política monetaria, programada para febrero.

“La Junta de Gobierno considera que todavía será necesario incrementar la tasa de referencia en la próxima reunión. Hacia delante, valorará la necesidad de ajustes adicionales en la tasa de referencia y la magnitud de los mismos de acuerdo con las circunstancias prevalecientes”, planteó.

Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico en Monex, enfatizó que Banxico ya no incluyó la guía prospectiva que hacía referencia a que actuará con contundencia, por lo que ya no se esperarían incrementos de mayor magnitud en la siguiente decisión de política monetaria, y con posibilidades de desacoplarse de la trayectoria de la Reserva Federal (Fed).

“Yo creo que los miembros de la Junta de Gobierno están contemplando la posibilidad de este desacople de la Fed si es que (en la siguiente reunión) se concreta su último incremento. Todavía habrá que ver cómo evoluciona la inflación, cómo evoluciona el precio de los energéticos en diciembre en Europa, si hay nuevas presiones o no. Todavía no tenemos la información completa para tener mayor certeza, pero yo creo que este cambio en el comunicado del Banxico vemos que al menos está evaluando la posibilidad de que así sea”, señaló.

James Salazar, subdirector de Análisis Económico en CI Banco, comentó que en el anuncio hay elementos que señalan una moderación en el ritmo de alzas de tasas.

Dijo que la posibilidad de que el banco central se desacople de la Fed, puede ir en contrasentido, es decir, regresar a actuar con mayor contundencia para combatir el componente subyacente, que hasta noviembre se ubicó en 8.51%, el más alto desde agosto de 2000.

“Sí pudiera darse, desacoplarse en el sentido de que la Fed esté subiendo en magnitudes menores o incluso haciendo una pausa, y México subiendo tasas de interés, porque no está claro lo que pueda pasar con la parte subyacente”, señaló.

“Las estimaciones muestran que se van a moderar (el componente subyacente) y esta moderación se puede intensificar a partir del segundo trimestre del próximo año, pero el escenario es riesgoso y es muy incierto, entonces, si la inflación subyacente no cede, el Banco de México debería de endurecer todavía más y regresar a ritmos de 50 o 75 puntos base. En ese sentido es que se pudiera dar ese desacoplamiento”, opinó Salazar.

De los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, solo Gerardo Esquivel votó por un alza aún más pequeña, de 25 puntos base.

Banxico revisó a la baja sus pronósticos trimestrales para la inflación general para el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023, y luego los revisó marginalmente al alza hasta el cuarto trimestre de 2023, ante cierto incremento en la trayectoria prevista de la inflación subyacente.

Para la inflación subyacente, que no considera bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, revisó al alza sus estimados a partir del cuarto trimestre de 2022 y hasta el primero de 2024.

La entidad monetaria mantuvo su previsión de que la convergencia hacia su meta de inflación general, que es de 3%, se alcanzará hasta el tercer trimestre de 2024.