El ¿empresario? José Chedraui Budib quiere ser candidato a la presidencia municipal de la capital en 2024. Discernir con qué partido es ocioso por razones obvias, pues en el Movimiento de Regeneración Nacional no tiene lugar alguno.
Verlo competir por el partido de mayor rentabilidad en México desde que Andrés Manuel López Obrador apareció en la boleta en 2018 resulta de febril e innecesario, pues el pasado reciente lo coloca como un personaje beneficiado de los regímenes panistas y priistas, adversarios del régimen.
Es suficiente colocar su nombre en cualquier buscador en internet para confirmar la trayectoria pública de quien surgió con mayor notoriedad en la campaña política del priista Enrique Peña Nieto, pues la relación de la familia de este poblano con el grupo Atlacomulco data de años.
Abundan las imágenes que serían la envidia de quien quisiera escalar en la estructura de poder hasta antes de 2018: Chedraui con el ex presidente Enrique Peña Nieto; Chedraui con el ex candidato a la presidencia en 2018, José Antonio Meade Kuribeña; Chedraui con Moreno Valle y Martha Erika Alonso; Chedraui con el ex gobernador Antonio Gali Fayad.
La última y más notorio exposición mediática que tuvo este personaje antes del 7 de diciembre que propició su propio “destape” había sido cuando se supo que de la casa de su familia había iniciado el vuelo el helicóptero Agusta con Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle aquel 24 de diciembre de 2018, para luego colapsar.
Esa razón lo llevó a declarar a la Fiscalía General del Estado, en la indagatoria para conocer el origen de la caída de la aeronave en medio de un conjunto de especulaciones, algunas de las cuales impulsadas por los adictos al morenovallismo, señalaban al propio presidente de México y al gobernador como artífices de esa tragedia.
Horas antes del trágico momento de la caída de ese helicóptero que trasladaba a la Ciudad de México a la pareja gobernante, el aspirante a la candidatura a la presidencia municipal era uno de los personajes de la vida política con el futuro político más promisorio.
No ha sido la única tragedia política que ha debido enfrentar quien desde 2012 se convirtió en el enlace entre la campaña de Peña Nieto y los empresarios poblanos, en lo que en el PRI significó la normalización del llamado “pase de charola”.
Desde la semana pasada que alzó la mano para ser abanderado en 2024 ha realizado posadas en distintas colonias y juntas auxiliares de la capital para lo que se ha apoyado de la estructura del PRI municipal y de su dirigente Sebastián Orozco.
En la lógica del acaudalado Chedraui y de Orozco, hay un escenario propicio para pelear la candidatura a los aliados del PRI, en el Partido Acción Nacional aún a costa de otros perfiles con mayor rentabilidad electoral como Blanca Alcalá Ruiz si es que los aliados ceden la ciudad que gobiernan con Eduardo Rivera.
Ese sólo escenario, deficiente y parcial, explica la ocurrencia de esta semana: llevar confeti y piñatas a colonias populares para ganar adeptos y votos con el recurso populista de la sonrisa y el abrazo de fin de año.
@FerMaldonadoMX